La segunda audiencia del juicio contra Víctor Zarski (41), tuvo por un lado la ausencia de algunos testigos que debían comparecer, pero principalmente la del guarda de la unidad 09 de la empresa Águila Viajes, que volcó el 7 de noviembre de 2012 y dejó cuatro muertos.
Por otro lado, se destacaron las declaraciones del representante de la Cámara Misionera de Empresarios del Transporte Automotor de Pasajeros, quien trazó una realidad sombría acerca de cómo trabajan las empresas de colectivos de media distancia.
En la jornada anterior del debate que se sigue contra el chofer del micro, los testimonios de los testigos apuntaron a su responsabilidad en la tragedia. Todos coincidieron en que iba muy rápido y no hizo caso a los pedidos para que bajara la velocidad.
En cambio, él dijo que no escuchó que nadie le dijera nada, sí que desde la empresa llamaron al guarda para decirle que se apuraran porque estaban “atrasados” con el horario. Zarski también reconoció que la unidad no estaba en condiciones, pero salía a trabajar igual por temor a perder el trabajo.
Ayer continuó la ronda de testigos, pero de los cinco previstos hubo varios ausentes. Dos de ellos fueron incorporados por lectura y se esperaba que compareciera Víctor Hugo Ghihlione, el guarda, pero no apareció.
Uno de los familiares de las víctimas señaló al Tribunal que hacía minutos se había contactado con él. Éste le dijo que no sabía nada de que tenía que asistir al juicio y que se encontraba trabajando. Posteriormente se supo que la notificación a Ghihlione la había recibido un familiar, el cual tal vez nunca le dio aviso.
Sí estaba presente Sara Beatríz Acosta, pasajera del colectivo quien también perdió a su hija en el siniestro. La señora relató que aquella mañana la unidad iba muy rápido y quiso levantarse a pedirle al chofer que aminorara la marcha, “pero no me dio tiempo”, subrayó.
Declaró que se rompió la muñeca y tuvo otras fracturas de las cuales no quedó bien. “El que hizo daño tiene que pagar”, afirmó. Ante la consulta de la doctora Mónica Olivera, defensa de Zarski, acerca de si vio al guarda hablando por teléfono, la testigo indicó que no lo recordaba.
Seguidamente, el abogado por la parte civil, el doctor Carlos Camargo, solicitó que compareciera Oscar Dlutowski, padre de Viviana (21), quien también falleció aquella mañana.
Recordó que el 5 de noviembre su hija le había mandado un mensaje contándole que había aprobado todas las materias del tercer año del Traductorado de Portugués.
Dos días después le dieron la noticia de su muerte en el siniestro vial de la curva del tacuaral, en la ruta provincial 201.
“Lo peor de todo es que poco tiempo después, mi hijo que venía del campo también murió en un accidente a los 19 años. Ahí comenzó mi calvario que dura hasta hoy. Vendí la camioneta de él y con esa plata construí un aula en una escuela agraria. Le peor de todo es que en 2016, el director de la EFA lo pone a este señor (el imputado Zarski) como presidente. Eso fue como otro golpe más al dolor que ya tenía”, dijo Dlutowski.
Situación crítica
La parte más relevante de la jornada la dio el doctor Juan Manuel Fouce, que fue convocado al debate al ser él el representante de la Cámara Misionera de Empresarios del Transporte Automotor de Pasajeros.
Otro de los defensores de Víctor Zarski, el doctor Pablo Luján, remarcó que era de vital importancia para el juicio su testimonio, para tener un panorama del funcionamiento de las empresas de transporte de media distancia en la provincia.
Fouce trazó un panorama empresario de crisis crónica, en el contexto de un debate en el que el imputado, en la jornada anterior había reconocido que la unidad que manejaba no estaba en condiciones y se arriesgaba porque necesitaba el trabajo para mantener a su familia.
Fouce indicó que de las 76 empresas que hay en Misiones, unas 60 son de media distancia y están en manos de familiares. “Todas estas trabajan de forma deficitaria”, explicó.
Indicó que la ganancia que generan no les permite amortizar las unidades en tiempo y forma. Por ese motivo en las rutas se ven aún circulando colectivos de la década del 80.
El letrado apuntó a malas o nulas políticas de transporte en la provincia, que en las últimas décadas no contribuyeron a asegurar la rentabilidad de las empresas como así también la seguridad de los pasajeros.
Más allá de las correspondientes revisiones técnicas, “lo único que sé que controla es la frecuencia del servicio y la prestación, no si funciona correctamente la unidad”, subrayó.
En este sentido dijo que al trabajar los empresarios con una rentabilidad muy baja, priorizan la continuidad de la firma antes que su cierre. No les queda otra que apuntar al “traslado de los pasajeros en detrimento de la calidad del servicio. La baja en la calidad va de la mano de la seguridad. Hoy no tienen una rentabilidad que les permita responder en ambos ítems. Ningún empresario quiere tener un coche viejo pero les es casi imposible renovar la flota. Hay firmas chicas que hacen patria en los corredores menos rentables que el de la ruta 12. Hay empresas que su sede es un galpón chiquito. Uno va hablar con el dueño y los ve con las manos engrasadas porque además tiene que hacer de mecánicos y hasta de choferes de sus propios colectivos. La gente que no conoce la actividad, ve que alguien tiene cinco colectivos y lo ve como si fuera un millonario. No sabe que detrás de los costos le queda muy poco”, dijo Fouce.
Al respecto señaló que las firmas más grandes lograron diversificar sus negocios y de esa manera consiguieron apuntalar a sus empresas de transporte.
La unidad que volcó en la ruta provincial 201 hace seis años, “no estaba en condiciones de salir a la ruta”, había señalado un perito.
El debate seguirá este jueves desde las 9. Se espera que se presente a declarar el guarda de la unidad siniestrada, quien es probable que sea llevado a prestar testimonio con el uso de la fuerza pública.
Víctor Zarski está imputado de “homicidio culposo, cuatro hechos”, delito cuya pena estipula penas de entre dos y cinco años de prisión.