En San Vicente, sólo esta semana, cada día los Bomberos Voluntarios tienen que acudir hasta tres veces al llamados de los vecinos por focos de incendios. Incluso, el martes, un incendio consumió más de ocho hectáreas de rozados con yerba mate y otros cultivos e incluso casi llega a viviendas y un aserradero.
Los Bomberos Voluntarios deben recurrir a apagar o controlar incendios que se dan en capueras, rozados o montes de la zona. Muchos de ellos son originados por los mismos vecinos que hacen fuego para quemar basuras, o aprovechar que esta seco el pastizal y hacen limpieza. El fuego se descontrola y se expande rápidamente porque el ambiente está muy seco y las temperaturas bajas, eso ayudado por el viento que de a rato sopla bastante fuerte y expande las llamas con facilidad.
El incendio del martes hizo estrago en por lo menos tres propiedades. Ocurrió antes del mediodía a unos cuatro kilómetros del centro de la ciudad, en la colonia Picada Zulma un colono intentó quemar un pequeño pastizal y el fuego se le descontroló. Rápidamente las llamas se expandieron y arrasaron con ocho hectáreas de extensión y destruyó un yerbal, pinares y otras plantaciones.
Jorge Scheilmer, bombero y vocero de la institución dijo que “recibimos llamados de incendios en pastizales y acudimos rápido, así podemos controlar el fuego antes que se expanda. Mucha gente se pone a quemar basura aprovechando que está seco y no se dan cuenta que hay viento y se le descontrola el fuego. Por eso nosotros le pedimos a los vecinos que no quemen nada con el clima muy seco. Lo mejor es prevenir y eso es lo que le recomendamos”.