¡Hola queridos amigos! La semana pasada hablamos de la causalidad de los acontecimientos, pues sabemos que nada de lo que ocurre casualidad es, ni hoy, ni ayer, ni nunca. Esta es la famosa ley causa-efecto.
Más que mirar la causa de por qué es lo que hoy deba acontecer, deberíamos mirar su para qué y en los tiempos tridimensionales, mirar es un deber.
Todas las culturas y religiones hablan con distintos lenguajes sobre esta ley y voy a compartir este Mahzor para el Rosh Hashanah y Yom Kippur, pues es una explicación poética de su funcionamiento:
“Abres el libro de la vida y éste habla por sí mismo, pues cada uno de nosotros lo ha firmado con sus actos, cada uno es un autor escribiendo con hechos en el Gran Libro de la Vida y a cada uno tú le has dado el poder de escribir las líneas que nunca serán perdidas.
Ninguna canción es tan trivial, ninguna historia es tan corriente, ningún hecho tan insignificante que Tú no lo registres. Ninguna amabilidad se hace en vano, cada acto mezquino deja su marca; todos nuestros actos, los buenos y los malos, son registrados y recordados por Ti. Así que ayúdame siempre a recordar que lo que hacemos vivirá por siempre; que los ecos de las palabras que pronunciamos resonarán hasta el final de los tiempos.
Puedan nuestras vidas reflejar este conocimiento; puedan nuestros actos no traer ninguna vergüenza o reproche; puedan nuestras inscripciones en el Libro de los recuerdos, ser por siempre aceptables para Ti”.
Entonces, el eco, o sea lo que nos vuelve, es el efecto de nuestras palabras y actos, que al final piden que sean aceptables, de esa manera lo que recibas de vuelta, bueno será.
Deben saber, que en estos tiempos de gracia que estamos viviendo, el efecto, que antes tardaba meses o años en llegar, por lo que nos hacía olvidar la causa que lo provocó, ahora se redujo ese tiempo a días u horas y en los que estamos despiertos es prácticamente instantáneo.
Además, sabido es, que tanto lo bueno como lo malo, vuelve al autor multiplicado.
Todos aquellos efectos que hayan quedado pendientes por causas que en la vida han quedado irresueltas, pasan a constituir el famoso karma, el cual en cada vida decides resolverlo o acarrearlo a la siguiente, ya que como espíritus antes de tomar un cuerpo, planificamos las experiencias que vamos a tener en la vida y elegimos tener todas las experiencias, encarnación tras encarnación, para mirarlas desde distintos ángulos hasta aprender.
Así es como hemos sido la dama y la ramera, el rey y el mendigo, etc., por eso digo que nosotros somos el “hijo pródigo” que el Padre recibe con alegría y prepara fiestas en nuestro honor, ya que sabe que luego de nuestro largo aprendizaje volvemos conscientemente a la Tierra a ayudar a los dormidos.
Es por eso tanta alegría en los cielos por nuestro regreso.
Es así como nos conformamos en regimientos holográficos de nuestro Yo superior o Yo Soy.
Sepan que todo, todo, lo hemos planificado y es menester que despertemos del estado de ensoñación en que nos encontramos, quitemos uno a uno los velos de las creencias hasta descubrir la divinidad que somos y empecemos a practicar nuestra capacidad de hacer milagros, pues como dijo Jesús: “Ustedes harán cosas mayores que Yo, aún”.
Cada uno sabrá cual será la mejor manera de ayudar a despertar, más deben saber que lo que identifica a un despertador es la simpleza en la acción, maestría en las palabras y que sus virtudes se trasluzcan en sus actos. Regimientos holográficos.
Colabora
Graciela del Carmen Zaimakis de Abraham
EscritoraTambién en FB.
Escuela de Pensamiento