Expertos del Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (IPCVA) reconocieron que “Argentina posee una deficiencia en término de productividad en el sector ganadero, comparada con otros países”.
“Eso se debe a los bajos porcentajes de preñez y a una cuestión estructural por la cual Argentina le pasa pocos kilos a los animales que produce y comercializa. Tenemos la desgracia de que, a nivel de consumo interno, también nos gusta la carne proveniente de animales chicos y de menor tamaño, y esas preferencias hacen que las categorías de menores pesos sean las más desvaloradas en términos de precios”, señaló Adrián Bifaretti, jefe de Departamento de Promoción Interna del IPCVA. Estas preferencias, apuntó, conllevan a que “se terminen faenando animales de poco peso”.
En consecuencia, apuntó que “el desafío sería buscar los caminos para mejorar los índices de productividad”.
“Un mayor peso de faena facilitaría la integración de la media res a nivel industrial entre lo que es el negocio del mercado interno y el negocio internacional”, explicó Bifaretti.
Mientras que, a nivel de mercado interno, manifestó la importancia de cuidar y preservar el consumo de carne, que fue en detrimento en los últimos 20 años.
“En la década de 1990 se consumían 80 kilos de carne al año por habitante, hoy esa cifra ronda los 60 kilos, es decir, que hemos perdido 20 kilos. Mientras que el consumo del pollo, por ejemplo, se ha cuadriplicado prácticamente en este mismo período y lo mismo ocurrió con el cerdo, que el año pasado tuvo un consumo y una producción récord. Esos son cambios a los que tenemos que prestar atención”, apuntó.
Y consideró que “si resignas algún segmento de consumo, después cuesta recuperar. Argentina en estos momentos está comiendo mucha carne en general: si sumás los kilos por habitante por año, estamos comiendo mucha carne, pero en esa canasta han ido subiendo posiciones carnes alternativas como pollo y cerdo, y en este contexto inflacionario es probable que el pasaje de otros tipos de carnes más económicas se acentúe. Tenemos que defender ese espacio, cómo hacerlo es el desafío a futuro”, enfatizó.
Mercados internacionales
A nivel internacional, la carne argentina se posiciona en mercados no tradicionales como China, que se lleva más del 50% de la producción de cortes económicos de nuestro país para la industria, aunque también creció la demanda de cortes de alta calidad.
“Es un mercado muy atrayente, China es un país que tiene 300 millones de personas de clase media de alto poder adquisitivo, la mitad de ellos apuntan a comer cortes de alta calidad”, sentenció Jorge Torelli, consejero del IPCVA.
En este contexto, afirmó que “la oferta está siendo superada por la demanda de la mano de los asiáticos. Cuando esto ocurre, los precios tienden a crecer y hay tensión, para esto tiene que pasar un poco tiempo y el productor tiene que estar con el ojo en la pizarra, mirando los precios para definir en qué momento vender y a quién”.
Reveló, además, que en la agenda de mercados a desarrollar se encuentran Estados Unidos, Canadá, México y países del Caribe.
“Hasta que Estados Unidos no nos dé la bendición sanitaria, no podemos llegar los demás países americanos. Son todos nichos turísticos de mercados, es decir, lugares donde van los turistas y quieren gastar y no se fijan en el costo sino en la calidad”, precisó.
Otra cuestión a tener en cuenta, sentenció, “son las medidas a tomar para aumentar la producción”.
“Argentina tiene una baja producción de carne por año, pero Misiones tiene un gran potencial debido a la ganadería silvopastoril, es decir, la posibilidad de tener ganadería bajo las plantaciones, lo que le daría al productor una doble entrada de dinero, ya que mientras espera que la madera esté lista, va subsistiendo con la ganadería”, aseveró.
Destacó, a su vez, que “se han desarrollado muchas pasturas para trabajar bajo los árboles, lo que también trae aparejado muchos beneficios como evitar el crecimiento de las pasturas y la prevención de incendios”.