El pasado 22 de noviembre se llevó a cabo en esta ciudad el Seminario Ganadero del Instituto de Promoción para el Consumo de la Carne Vacuna Argentina (IPCVA), al cual asistieron cerca de 350 productores de todo el país.
En este contexto, el asesor privado Carlos Lanari manifestó que “Misiones no es una provincia ganadera, es una provincia con ganado” y advirtió que hay una clara tendencia a la baja del stock ganadero y un déficit entre producción y consumo”.
“Si calculamos que hoy tenemos un consumo estimado de 50 kilos de carne por habitante por año, necesitamos 62.500 toneladas de carne por año en la provincia para abastecer ese consumo. Actualmente, con un stock de 415 mil cabezas de las cuales se obtienen 14.930 toneladas de carne/res por año, podemos decir que tenemos un déficit provincial de 47.770 toneladas de carne por año, lo que equivale a 324 mil cabezas”, detalló Lanari.
Apuntó, además, que estas casi 48 mil toneladas de carne equivalen a una pérdida de $4.550 millones.
En consecuencia, el experto planteó la necesidad de “una visión a largo plazo para mejorar la actividad ganadera” en Misiones.
“Este déficit entre la producción y el consumo es difícil de compensar con el esquema de producción actual y si se mantiene, agravaría la dependencia de la exportación de carne extrazona”, señaló.
Asimismo, consideró que “el potencial de la actividad en la provincia es muy bajo”, por ende, “cualquier cosa que hagamos para salir de esto será importante”.
“Veo con escepticismo que se haga en el corto plazo, todo lo que hoy hagamos para mejorar los índices de parición se verá de acá a tres años, entonces eso es descorazonador porque los tiempos ganaderos son muy largos”, destacó Lanari.
Desafíos
Ante este panorama, Lanari sostuvo que “hay que plantear una meta, porque hasta ahora no hay nada definido” y apuntó que para esto es fundamental “la capacitación”.
“Tenemos que poner los problemas en la palestra porque tenemos linda hacienda pero poca”, aseveró.
En este sentido, planteó que el principal desafío a enfrentar es “ponerse de acuerdo con todas las entidades y comenzar a trabajar en esta situación. Tenemos que darle una salida a los productores chicos, que hoy tienen un problema de comercialización básico: no pueden esperar, porque dependen de la buena voluntad de los invernadores locales, que pagan lo que quieren. Entonces, son muy importantes los remates de pequeños productores para que tengan un precio de referencia”, adujo.
Para finalizar, enumeró, como medidas a adoptar, “un cambio cultural, un compromiso entre los productores, técnicos y Estado, la educación, la capacitación y políticas públicas”.