Un vecino de San Pedro que había sido acusado de una violación en 2016 terminó absuelto en el juicio que se llevó adelante ante el Tribunal Penal 1 de Oberá. La víctima tenía entonces 36 años. El acusado se mantuvo prófugo durante un año y siete meses.
El 23 de marzo de aquel año la noticia sacudió a la localidad. La mujer relató una salvaje violación cometida en horas de la madrugada en un lugar alejado del pueblo. Tal como PRIMERA EDICIÓN publicó en su momento, todo empezó cuando el hombre comenzó a frecuentar un conocido bar de San Pedro.
En las inmediaciones del local conoció a una trabajadora sexual con la que llegó a entablar una amistad. Era habitual verlos compartir momentos hasta que de forma abrupta la buena relación llegó a su fin. “Marcelito” (quien hoy tiene 38 años) , le dijo que un día la iba a invitar a comer un asado con amigos. Sin sospechar nada malo, la mujer asintió y la cosa “quedó ahí” hasta que llegó el día señalado.
Se encontraron en la noche del domingo 22 de abril y ya cuando había entrado la madrugada del día siguiente, “Marcelito” la invitó a comer la mentada carne a la parrilla. La hizo subir a su motocicleta y circularon por las calles hasta que salieron hacia un camping donde supuestamente se desarrollaba el encuentro. Entraron al predio, pero a ella le llamó la atención que no había nadie en el lugar. Cuando le preguntó si estaba seguro que era ahí el asado, el sujeto la hizo bajar de la moto, la llevó hacia un lugar y la forzó a tener relaciones sexuales por vía anal y vaginal, según indicó en la denuncia policial. Luego de cometer el hecho, la amenazó de muerte si contaba lo que había ocurrido.
La víctima se dirigió a la Comisaría de la Mujer y brindó su versión de los hechos. Dio detalles acerca de quién era el autor, por lo que la Policía inició un rastrillaje para dar con el sujeto. Las informaciones que circularon en su momento hablaban de que estaba oculto en la zona, pero lo cierto es que su paradero no fue hallado enseguida.
Fue recién el 29 de octubre de 2016 cuando fue aprehendido por la fuerza policial.Trasladado a la comisaría, posteriormente fue llevado ante el Juzgado de Instrucción 3, a cargo del doctor Gerardo Casco, donde se le informó del hecho que se le imputaba.
En su declaración indagatoria, “Marcelito” negó que haya violado a la denunciante. Indicó que efectivamente tuvo relaciones con ella, pero que todo había sucedido en el marco de la solicitud de un servicio sexual. Explicó al magistrado que, como en ese momento no tenía dinero para pagarle, la trabajadora sexual tomó de muy mala manera el hecho, por lo cual lo denunció a la Policía, sembrando hechos falsos sobre lo ocurrido. El magistrado le dictó la prisión preventiva y tiempo después elevó la causa a juicio, el cual por jurisdicción quedó en manos del Tribunal Penal 1 de Oberá.
Al tratarse de un delito de índole privada, en el debate oral (no público) que se desarrolló el viernes, los integrantes del tribunal, los doctores Francisco Aguirre, Lilia Avendaño y José Rivero entendieron que no podía probarse de forma contundente que hubiera ocurrido una violación en la denuncia expuesta por la víctima. En ese sentido valoraron el principio “in dubio pro reo”, acerca de la presunción de inocencia del acusado. Por ello, decidieron absolver por el beneficio de la duda a “Marcelito”, quien recuperó la libertad al mediodía de manera inmediata.