El día cúlmine es el 8 de diciembre, pero los preparativos se dan mucho tiempo antes, ya sea para llegar en bicicleta como es el caso de Carlos Alberto Florindo, de 66 años, que lleva 24 años consecutivos yendo a visitar a la Virgen de Itatí en esta fecha, con su familia completa. O, Jorge Castro, que junto a un grupo de amigos cumplirán ocho años consecutivos de hacer la misma peregrinación, pero por agua. En embarcaciones que salen desde Ituzaingó, Corrientes, emprenden el viaje para estar el día de la Virgen en Itatí.
En el caso de Florindo, todo comenzó para cumplir una promesa. Gomero de profesión desde hace 40 años, prepara cada año su bicicleta y, ahora, junto a su familia, emprenden el camino hacia Itatí detrás de la procesión de feligreses que van a pie. “Primero comencé solo y después la familia se fue acoplando, hoy por hoy vamos en grupo familiar detrás de la peregrinación. Lo hago por la fe que tengo, porque en las malas la Virgen estuvo conmigo, y ahora más voy a agradecer que para pedir”, dijo a PRIMERA EDICIÓN.
Pero toda travesía implica atravesar por momentos difíciles en el camino, “la peregrinación más difícil fue hace unos 4 años atrás, el calor era agobiante y nos resultó muy difícil, también pasamos por tormentas, vientos, todo los climas, pero la peor que recuerdo fue esa, donde el calor era casi insoportable”, contó. Indicó además que “mucha gente va a agradecer, nosotros este año vamos a ir a pedir pan y trabajo para todos los argentinos. La situación económica está difícil”, explicó.
Por el río
En el caso de Jorge Castro, desde 2011 emprende, junto a amigos, la travesía por el río Paraná.
“Arrancamos en 2011 y hasta la fecha viajamos ininterrumpidamente. Este año salimos el 6 de diciembre desde Ituzaingó, navegamos hasta una isla que está cerca de Itatí, acampamos y el sábado, que es el día de la Virgen, vamos hacia la Basílica”, contó a PRIMERA EDICIÓN.
Indicó que las sensaciones son muchas, “emociona, cuando vas por agua, emociona mucho, cuando doblás por el canal y ves la punta de la Basílica, te corre un escalofrío, es una carga muy emotiva, cada uno de los peregrinos, lleva su agradecimiento o su pedido”, indicó,
Contó además que son entre 10 y 15 lanchas por año las que viajan, cada una lleva entre dos y tres tripulantes, y los preparativos se activan “dos meses antes para la coordinación, hay un reparto de tarea, insumos, combustible, leñas, hielo, quién va cocinar. Hay mucha camaradería”, contó.
Y así, con fe y agradecimiento hacia la Virgen María, los feligreses ya tienen todo preparado para llegar a Itatí y brindar su homenaje.