No cualquiera se atreve a salir de su zona de confort para emprender rumbo a lo desconocido. Valeria Scherf sí. Dejó su Jardín para escribir su historia en Estados Unidos. Allí trabajó, formó su familia, estudió y, por supuesto, creció profesionalmente.
“En 2006 había sido seleccionada por la organización americana Visiting International Faculty (VIF Program) para ir a vivir y trabajar en Estados Unidos. Tuve la suerte de que el programa nos daba todo: visa, pasajes pagos, trabajo, seguro médico, un equipo humano para ayudarnos a conseguir un lugar donde vivir, tres días de preparación en un hotel para aprender donde nos estableceríamos, el sistema escolar en el que trabajaríamos y con las leyes de tránsito de dicho país, para manejarnos en forma segura en nuestro nuevo lugar”, recordó a Ko’ ape.
Y confesó que “al principio no estaba muy interesada. Tenía trabajo como profesora de inglés en la Escuela de Comercio de Jardín América, también en el IPESMI de esa localidad y en Eldorado, pero mis amigos y colegas me hicieron ver lo afortunada que era al tener esa posibilidad. Decidí ir y tomarlo como un regalo que me daba Dios o la vida, luego de perder a mis padres en un accidente de tránsito”, y añadió que “gracias a Dios por mis amigos que me empujaron y que me animé”.
Fue una gran experiencia, aseguró, pues “conocí e hice amistades con docentes de Alemania, España, Costa Rica, México, Colombia, Australia, Rumania, Nueva Zelanda, Inglaterra, Sudáfrica, entre otros. También con otros docentes de Argentina, que eran de Mendoza, Chaco y Buenos Aires. Todavía recuerdo cuando me dejaron en Charlotte, Carolina del Norte, la segunda ciudad más grande del sudeste de Estados Unidos, las rodillas me temblaban. Respiré hondo y recordé las palabras que nos dijeron en los tres días de preparación en Raleigh, Carolina del Norte: ‘Failure is not an option here – Fracasar no es una opción acá’”.
“Con una mente abierta, trabajando mucho y siempre confiando mucho en Dios me volví parte de la escuela en la que trabajaba y de la ciudad en la que vivía. Me encariñé mucho con mis alumnos, mis colegas y mis nuevas amistades. Con mis amigos internacionales. Al ir a misa me inserté aún más en mi comunidad y a los meses comencé mi primera maestría. Sin darme cuenta, estaba enamorada de mi nueva vida y agradezco a Dios por la gran posibilidad que me dio, de ser profesora de inglés, de realizar este sueño de vivir, trabajar y estudiar en un país de habla inglesa. Al estar en el exterior uno siempre sigue lo que pasa en la Argentina y uno es un poco un ‘embajador’ de su país al transmitir y enseñar nuestras costumbres, cultura, recetas y llevar el mate siempre con uno”, remarcó.
Aquí Valeria también inició su familia, conoció a su esposo y nació su primer hijo.
Un nuevo cambio
“En 2012 nos tuvimos que mudar por el trabajo de mi marido. Tuve que renunciar a mi trabajo de docente en Charlotte, pero antes de hacerlo le había dicho que si estaría en casa con nuestros hijos, algo tenía que hacer. Así que le propuse ponerme a escribir libros a la noche, cuando todos dormían.
Trabajé mucho siempre, siempre fui muy activa y ocupada con muchísimo trabajo en Argentina, así que algo tenía que hacer”, apuntó.
Y así presentó su primer libro, “‘Historias de europeos en la tierra colorada’, en versión español e inglés. Estaba embarazada de nuestro segundo hijo y esto me motivó a pensar en mi ‘oma’, mi abuela, cómo tuvo ocho hijos en la selva misionera, sin toda la asistencia y atención que las mujeres tenemos hoy en día en los hospitales, como cuidados, estudios médicos y medicamentos. Quería dejar esta historia escrita para que mis hijos conocieran un poco más de mí, mis orígenes, mi familia, mis antepasados y de todas las dificultades que pasaron los inmigrantes al asentarse en el noreste de la selva misionera. Fue toda una osadía lo que lograron en nuestra tierra colorada y por lo cual, bien merecen ser honrados por sus hazañas y logros”.
Lejos de detenerse, Valeria siguió escribiendo. A su segunda novela histórica la tituló “Nada es para siempre”. “Al ser descendiente de alemanes, de ambos lados, las historias del holocausto siempre me tocaron y conmovieron mucho. Es importante no olvidar para evitar que se repita. Una persona es un ser humano y no deja de ser tal por su raza, religión o nacionalidad. Es importante no perder esa humanidad de ver al otro como una persona. Es tan triste cuando el odio enceguece a las personas y considera a otros seres como algo inferior, algo menos, como seres subhumanos, como los nazis trataron a los judíos y a otras personas de distintas nacionalidades”, sostuvo.
E hizo hincapié en que “lo más triste es que aún hay personas que niegan el holocausto, justifican o apoyan las medidas tomadas por Hitler, pero estoy segura de que si realmente supieran lo que pasaron esos seres humanos en esos campos de concentración, cómo eran tratados, golpeados, insultados, separados de sus familias, asesinados en grupos, a sangre fría, usados en experimentos inhumanos y dolorosos, si realmente leyeran la verdad de las condiciones y el trato dado a esas personas empezarían a pensar un poquito distinto. A veces uno se queja de esto o de aquello, pero al reflexionar y pensar en lo que esas personas pasaron uno se da cuenta de que no tiene nada de qué quejarse”.
Y agregó que “tuve la alegría de que ese libro llegó a estar en el puesto número uno en Amazon, en libros en español, en historia europea y en historia mundial, lo había escrito principalmente a la noche, luego de que todas las tareas del día se habían llevado a cabo”.
“A Guide for ESL Teachers: How to Teach the Historical Background of English Irregularities in Modern English” fue el título del tercer libro. “Cuando había cursado en Carolina del Norte la maestría en Teaching English to Speakers of other Languages – Enseñar inglés a hablantes de otras lenguas, tenía que escribir una tesis, presentarla y defenderla ante todo el personal docente de la Universidad de Greensboro, invitados especiales y todos los alumnos. Cuando estaba enseñando en la escuela de Comercio 2 de Jardín América, los alumnos del nivel secundario me preguntaban muchas veces por qué tal palabra se pronunciaba de tal manera, por qué tal verbo era irregular, por qué el plural de tal sustantivo no seguía la regla como los otros, etc. y etc. Recordar esto me motivó a hacer una investigación de las irregularidades de la lengua inglesa, sus orígenes, cómo se mantuvieron a través del tiempo y cómo este idioma fue cambiando a través de la Edad Antigua, Media y Moderna. Como el resultado de todas estas investigaciones podría ser útil también a otros profesores de inglés, decidí publicar mi tesis”, dijo.
También surgió un cuarto libro, una novela en la selva misionera, “Yvoty, la elegida del Yaguareté”, “al principio tenía la intención de que sea un libro que relatara especialmente muchas leyendas y mitos de la región, pero cuando lo estaba escribiendo veía tanta, tanta, pero tanta corrupción en nuestro país que no podía creerlo y menos aceptarla. Cuando sucedió el asesinato del fiscal Alberto Nisman fue como la gota que derramó el vaso, no pude evitar darle un giro político e incluirlo en el desarrollo de la historia y en la evolución de los personajes. En mi libro pude encontrar un poco de paz, ya que se aplica la justicia divina, algo que en la vida real, a veces, lamentablemente no se observa”, describió.
Muchas historias, grandes libros
A su siguiente libro Valeria lo tituló “Entre el cielo y las aguas más profundas”, se trata de una novela histórica sobre el Titanic. Al respecto, contó que “siempre me atrajo mucho leer y conocer historias acerca de los pasajeros del Titanic. Una vez estábamos en las costas del océano Atlántico, el agua estaba fría y no podía dejar de imaginarme cómo habría estado aquel lunes del 15 de abril de 1912. Al ser inmigrante en los Estados Unidos, uno se pone a pensar en todos los sueños que habrán tenido también esos inmigrantes, en especial los de la tercera clase, a bordo de ese barco, al dirigirse a Nueva York, a este país. Por ser profesora de inglés siento lástima por aquellas personas que no lo hablaban y que estaban a bordo de ese barco. El personal de la tripulación daba las órdenes y si no las entendían me imagino lo confuso que habrá sido el momento antes del hundimiento. En esta historia se vio mucha injusticia también, ya que los primeros botes partieron con pocas personas y ocupados especialmente la primera clase. Pero también se vio mucha nobleza y lealtad entre las familias. A pesar de que las mujeres y los niños tenían el privilegio, muchas no quisieron dejar a sus esposos y se mantuvieron a su lado hasta el final y con sus hijos”.
La esclavitud es el tema que la jardinense escogió para su última novela, “Cuando la fe rompe cadenas”. “La esclavitud es una parte tan triste de la historia de la humanidad en la cual seres humanos se apoderan de otros humanos para su provecho económico y los trataron como objetos, herramientas de trabajo y propiedad. Es lamentable lo que el hombre puede hacer por dinero, por poder y cómo esa avaricia lo puede enceguecer tanto que no es capaz de ver al otro como a una persona, sólo como algo para su provecho y ventaja”, entendió.
Y recordó que “en la primera escuela que trabajé aquí, el 99% de la población era afroamericana. Para mí fue todo un choque cultural ya que en Argentina nunca había visto a personas afroamericanas, salvo en Posadas, a uno o a dos jugadores de básquetbol estadounidenses que estaban de visita por la ciudad. Pasaron las semanas y me re encariñé con mis colegas y mis alumnos. Ellos fueron la primera familia que tuve aquí y por eso quise honrarlos con esta historia.
Fue tremendo lo que los esclavos africanos pasaron en todo el continente americano, fueron traídos no sólo a Estados Unidos, también a muchos otros países de Centro América y de América del Sur, por españoles, holandeses, franceses e ingleses. Fue muy cruel cómo fueron separados de sus familias, vendidos, el trato inhumano que recibieron en muchas plantaciones, hechos que traté de reflejar en el libro”.
Enseñar, una vocación
“Actualmente volví a la docencia y estoy trabajando en la secundaria. Me siento muy afortunada de estar trabajando en la profesión que había elegido en Argentina. Al ser profesora de inglés, uno de mis sueños siempre fue vivir, trabajar y estudiar algún día en un país de habla inglesa. Tengo la suerte de que se me cumplieron esos sueños y mucho más de lo que siempre me hubiera imaginado”, admitió.
“Muchas personas tienen miedo de emigrar porque temen que si se van al extranjero no pueden ejercer la profesión que eligieron, pero si persisten, si toman los exámenes necesarios para recibir sus certificaciones, que son los mismos exámenes, iguales a los que las otras personas de aquí tienen que tomar para ejercer su profesión, si los aprueban pueden ejercer su carrera sin ningún problema. Estoy muy contenta con mi trabajo, los directores y el personal administrativo, así como mis colegas, son personas muy buenas, siempre te reciben con una sonrisa, son muy amables, profesionales y están muy bien preparados. Para mí es un placer trabajar con mis alumnos, amo la lengua inglesa y es muy lindo poder ayudarlos, enseñarles y tener la oportunidad de transmitirles conocimientos. Saber español es muy útil y puede ayudar mucho a conseguir un trabajo aquí. En mi caso, puedo asistir mucho a los padres latinos, algunos no saben inglés, por lo tanto puedo ser de gran utilidad al poder llamarlos por teléfonos, traducir cartas o ayudarlos al actuar como intérprete en una reunión en la escuela”, reflexionó.
Asimismo, reconoció que “constantemente nos ofrecen cursos de capacitación. En general son gratis, muy interesantes, educativos y trato siempre de atenderlos. Al ser docente, es muy importante seguir estudiando, continuar actualizándose y seguir capacitándose para mantenerse al día con últimas tendencias, métodos y estrategias educativas. Además, es fundamental para mantener las credenciales”.
Obviamente “seguir escribiendo siempre está presente en mi mente, por una cuestión de tiempo, por trabajar tiempo completo, tener mi familia, actividades escolares, académicas y domésticas no hay mucho tiempo libre. Pero mientras hay voluntad, determinación y perseverancia, siempre lo que uno se proponga, a pesar de lo difícil o falta de tiempo, con constancia y dedicación, aunque sea un paso a la vez, se logra”, opinó.
Y recomendó a quienes “tienen la posibilidad de viajar y vivir en el extranjero, al menos por unos meses o unos años, se animen a hacerlo. Es una vivencia única, hay todo un mundo hermoso por descubrir y muchas vivencias únicas por vivir. Es una decisión que no se van a lamentar de haber tomado. La visión del mundo se expande al convivir con personas de otras nacionales y en el extranjero. Una cosa es leer o estudiar sobre un país, su cultura, costumbres y tradiciones, pero es totalmente otra cosa conocerla en persona, vivirla, descubrirla al vivir en otro país y convivirla con sus ciudadanos”.