Culpar y juzgar a otros que la pasan mal es un acto vil: el pobre es porque no quiere trabajar; el populismo solo producía vagos… Es más fácil desintegrar un átomo que un prejuicio.
La deuda externa de varios países pobres con los acreedores del primer mundo excede el 60% de su producto interior bruto, los intereses se han convertido en un pesado yugo para los más pobres.
El Gobierno quitó aranceles a la importación. Los gremios denuncian que este tipo de medidas no hace más que aumentar los despidos; las cámaras empresarias señalaron que el Gobierno debe garantizar la competitividad del trabajo argentino frente al mundo.
La fuga de capitales se duplicó a la registrada en igual período del año pasado.
El Indec reveló que la pobreza aumentó respecto del primer semestre del año.
Por la inflación la población reduce el consumo de bienes y servicios, compran menos. Los productores reducen la producción debido a la falta de demanda. Los fabricantes ante la disminución de las ventas despiden a los trabajadores, y cierran las empresas.
La desocupación aumenta los problemas sociales.
Las obras que ejecuta el gobierno se paralizan debido al aumento de costos.
Se dolarizaron las tarifas de gas y luz, mientras que los costos reconocidos a las empresas están en dólares, los precios pagados por los hogares se encuentran pesificados.
En el bimestre septiembre-octubre los despidos y suspensiones sumaron siete veces más que el año pasado. La razón principal de este derrumbe del empleo sigue siendo la destrucción de la industria. De cada cien trabajadores echados en estos dos meses, 74 se desempeñaban en talleres y fábricas.
La aprobación del presupuesto para el año que viene bajo las órdenes del FMI, conlleva un recorte al dinero destinado a salud, educación y cultura (10% menos), jubilaciones y salarios, mientras se destinan miles de millones al pago de la deuda externa.
Por medio de decretos publicados en el Boletín Oficial, el presidente Macri se da el lujo de condonar deudas con el Estado por 70 millones de dólares a la empresa alimenticia Molinos Río de la Plata, de la familia Pérez Companc, e intenta hacerlo con otros $70 mil millones a Correo Argentino SA, la empresa propiedad de su padre, haciendo así que la población pobre pague a través de sus impuestos la deudas millonarias de empresarios millonarios.
Se socializan las deudas y se privatizan las ganancias. Lo curioso es que después despotrican contra el socialismo.
Pablo Martín Gallero
Puerto Rico (Misiones)