El jueves 17 de mayo de este año hallaron restos óseos en el barrio Prat, al sur de la ciudad. Las conjeturas que se tejieron apuntaron a que se trataba del hombre que había desaparecido el 17 de abril de 2017 de su casa del barrio Mini City.
En las primeras horas de este miércoles cuatro de los hijos se acercaron a la convocatoria emanada del Juzgado de Instrucción 6, que entendía en el expediente que investigaba específicamente el origen de los huesos, que fueron divisados en un descampado al final de la avenida Cocomarola.
En dialogo con PRIMERA EDICIÓN, Claudia Ifrán, relató que efectivamente les confirmaron lo que ellos ya intuían, sobretodo cuando en junio los llamaron a sede judicial a reconocer las prendas y objetos que habían sido halladas en el lugar.
“Queríamos que hubiera una palabra oficial que nos lo asegurara. Ahora queremos saber la causa de la muerte, qué le puede haber pasado, si fue una muerte natural o violenta”, indicó Claudia.
Al respecto, la hija de Manuel indicó que “nunca entendieron por qué apareció en ese lugar, qué hacía ahí”. En esa zona hubo rastrillajes y fue el lugar hasta donde se acercó “Laly”, la perrita de Manuel que apareció un mes después de que el hombre se ausentara de su casa.
Ahora lo que resta es que se complete la parte forense, que es la que nos va decir cuánto tiempo llevaba de fallecido en el lugar y las causas de la muerte”.
Claudia indicó que cuando levantaron las muestras ellos no pudieron ver si en los restos encontrados se notaba algún signo de violencia.
“No nos supieron explicar por qué hubo tanta demora en entregar los resultados, e inclusive nos aclararon que suele tardar más tiempo. Consideran que fue rápido. Por otra parte nos habían dicho que iba ser analizado en laboratorios de Buenos Aires pero al final fue hecho en Posadas”, en el Parque de la Salud.
En lo que respecta al estudio de la causa de muerte y el estadío de los huesos en ese descampado, esa tarea sí será resuelta por los forenses de Buenos Aires, donde las muestras serán enviadas para el análisis.
Desde que falleció la mamá de los hermanos Ifrán, constantemente hicieron misas por el descanso de ella y por la aparición de su papá. Inclusive, después que hallaron los huesos fueron con una de sus hermanas a rezar un rosario en ese lugar, “para elevar una plegaria al que fuera que hubiera fallecido allí. Ahí fue cuando nos encontramos con más huesos y supimos que el trabajo se había realizado mal”, resaltó Claudia.
“Nosotros siempre dijimos que con un acta de defunción, recién ahí lo íbamos a dar por muerto. Hoy ya sabemos que es así, de manera que por un lado nos da esa paz de que sabemos donde está, pero no se puede hablar de una tranquilidad total porque no sabemos que fue lo que le pasó. Somos una familia normal, que nunca tuvo problemas con nadie, las personas que conocieron a mis padres saben el tipo de personas con valores que eran, así que no sabemos por qué terminó su vida de esa manera. Si bien tenía un principio de Alzheimer, no entendemos cómo apareció en ese campo”.
Los cinco hermanos saben que por los estudios que faltan van a tener que esperar más tiempo para poder darle cristiana sepultura a su padre.
“Una vez que traigan de vuelta los huesos vamos a poder velarlo. Por el momento le podremos dar un adiós espiritual”, dijo resignada.
La lucha de los Ifrán aún no terminó, pero seguramente servirá de ejemplo para aquellos que también buscan a familiares desaparecidos, para darles valor para que no bajen los brazos.