“La medicina es un arte y cada médico es un artista. Se requiere de aptitud pero fundamentalmente de actitud, esa es la buena medicina”, aseguró el médico cirujano, Miguel Ángel Urristy, que pone en práctica los principios de la medicina antroposófica: gracias a ello tiene una mirada integral que ve al paciente como un todo.
Urristy llegó a la medicina antroposófica gracias a la referente en la provincia, la doctora Mariana Mampaey, quien viaja por el mundo brindando charlas y conferencias acerca de esta especialidad. “Estoy infinitamente agradecido porque permitió terminar de comprender quién entra a tu consultorio”, señaló. Además de Mampaey y él, la tercera referente de dicha medicina en la provincia es la doctora Patricia Colombana. Mampaey se desempeña en Ruiz de Montoya mientras que Colombana y Urristy atienden en Posadas.
La medicina antroposófica está avalada por la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de Rosario. Es un curso de formación que dura dos años y ya va por la segunda camada de médicos, en cada una de ellas egresaron 30 profesionales por lo que “ya vamos por 60 médicos con esta formación”. Este 2018 la medicina antroposófica cumple 100 años de actividad: sus inicios se remontan a 1918 cuando abrió la primera clínica en Alemania.
Pero ¿qué es la medicina antroposófica? Es una medicina integrativa “en la que unimos lo mejor de nuestra medicina tradicional, es decir que usamos toda la tecnología, pero le sumamos la espiritualidad, entonces podemos hacer una medicina mucho más humana”, explicó Urristy. Al hablar de espiritualidad “entendemos que el ser humano es un todo, tiene cuerpo, mente y alma y no es solamente un tejido”.
Para ello, el médico antroposófico se detiene especialmente en la historia del paciente, en su relato, y, en esa primera entrevista, el contexto del paciente también forma parte de la consulta. “El contexto tiene que estar en la historia clínica, no podemos dejarlo como un detalle sin importancia”, remarcó e insistió en que “la historia clínica está completa cuando se toman los datos físicos, los mentales y anímicos y espirituales del enfermo. Es muy importante una tomografía, una resonancia, etcétera. Todo va a estar, pero también es importante saber, por ejemplo en el caso de una mujer, si es soltera, casada, divorciada o viuda. En ese caso son cuatro situaciones distintas y son cuatro maneras diferentes de abordar una misma patología”.
Los pacientes
Quienes llegan al consultorio de Urristy, por lo general, ya han caminado por varios consultorios, muchos estudios y acarrean enfermedades crónicas. “Normalmente los pacientes vienen solos, después de googlear, o lo manda un amigo o conocido. Todavía son pocas las derivaciones de médicos. Hay, pero son pocas. Todavía falta camino por recorrer”, afirmó el profesional. Al margen de ello, el profesional festejó que en Misiones “ha prendido” este “arte de curar”. Los antroposóficos aseguran que esta medicina es “una ampliación del arte de curar porque es la medicina clásica más la espiritualidad. Se suma, no se resta. Se trabaja en forma conjunta con el colega que está atendiendo el paciente. Tiene que haber unión y cada uno aportar lo mejor”, remarcó Urristy.
En relación a ésto, afirmó que “nosotros decimos que no hay enfermedades sino enfermos” por lo que “el tratamiento tiene que ser lo más individualizado posible porque hay una mejor respuesta”. “Nosotros hablamos de salutogenésis que significa salud y crear, respectivamente. Tenemos que buscar un sistema que no sólo trate la enfermedad sino que cree la salud por lo que incentivamos a crear conciencia al enfermo entendiendo por conciencia la capacidad de discernir, saber qué está bien y qué está mal y segundo, que tenga un profundo respeto de la naturaleza. Con esas dos cosas una persona va a tener muy pocas posibilidades de enfermarse, porque está en un proceso de ecoorganización”, explicó el profesional.
Los tratamientos
Cuando llega el momento del tratamiento, se utilizan tanto medicamentos clásicos como medicamentos de la naturaleza que tienen cientos de años de uso. “El médico tiene que hacer un diagnóstico de certeza y prescribir lo que considere que sea necesario, una cirugía o hemodinamia o los medicamentos naturales que pueden venir de los tres reinos: mineral, vegetal o animal. Los mismos se pueden administrar por via oral, en forma de pomadas o a través de inyecciones subcutáneas, endovenosas o hasta administrarlas por punciones guiadas por tomografías”, explicó.
La farmacia antroposófica tiene la característica de ser mayoritariamente artesanal. “Casi no se usan máquinas y la mayoría de los procesos son manuales hasta en un 70%. Se usan máquinas únicamente cuando se hacen medicamentos inyectables, en una parte del proceso. Pero la mayor parte del proceso de la fabricación del remedio sigue siendo artesanal”, señaló.
Pero la medicina antroposófica no sólo utiliza medicamentos, tiene otros recursos. “También se usa el arte como el modelado con arcilla o tallados con maderas”, por citar algunos ejemplos. También la psicoterapia con perfil antroposófico es una opción o la euritmia, una técnica de la medicina antroposófica, “que es un conjunto de movimientos que parecen danzas que también utilizamos muchísimo para mejorar el estado general y la calidad de vida del paciente”. Cada uno de estos items “son prescripciones médicas” y, en ellas, el enfermero cumple un rol muy importante porque “muchos de los tratamientos necesitan de colaboración y ayuda del personal de enfermería”.