Con la mirada puesta en la inclusión y la intención de que gestos como éste se multipliquen, un grupo de vecinos de Puerto Rico generó una actividad deportiva y fabricaron un triciclo para que pueda participar un adolescente con problemas motrices.
La idea detonante fue hacer “algo” que sirva para que Enzo, un adolescente de 13 años que cursa el primer año en el Instituto Juan Pablo II, pueda sumarse y participar a pesar de padecer una enfermedad genética degenerativa conocida como Síndrome de Louis Barr.
Ese fue el desafío inicial, pero que fue tomando otra dimensión con el correr de los días. Así, se sumó el profesor de educación física de Enzo, que motivó a sus otros alumnos, y un docente de la EPET, que fue el que se ocupó -con un grupo de estudiantes- de fabricar el vehículo que luego usaría Enzo en la bicicleteada a la que se sumaría una multitud de niños y jóvenes.
Así, con la suma de las individualidades, se logró una tarea comunitaria integradora que consistió en una bicicleteada que se realizó el 11 de octubre por las avenidas 9 de Julio y San Martín, para luego finalizar con un picnic.
“Yo no puedo poner en palabras la foto que tengo en la mente con esta actividad, todas las personas que se sumaron, la felicidad de Enzo, los docentes, los alumnos, y todo con la mirada puesta en la inclusión. Ojalá que estas cosas se multipliquen en todos lados, que las personas especiales no se queden afuera de todo, que la sociedad se ocupe de incluirlos si es que las instituciones que deberían hacerlo no lo hacen”, dijo a PRIMERA EDICIÓN Mariano Taira, uno de los precursores de la actividad.
El triciclo para Enzo, que fue uno de los desafíos, fue construido con la colaboración de varios sectores y ahora quedará a disposición de la comunidad para que lo puedan usar otras personas que lo necesiten para actividades especiales. Además, debido a la trascendencia que tomó el hecho, el Concejo Deliberante sancionó una Declaración en la que se destacó la actividad en sí, pero también las múltiples colaboraciones que recibió.
Finalmente, Taira, ayudante terapéutico, expresó cuál fue su motivación: “Por supuesto que ver a Enzo feliz disfrutando y ver todo lo que se pudo lograr en conjunto es una satisfacción muy grande, pero si ésto lo pudieran ver otras personas y replicarlo, eso sería maravilloso”.