El responsable de tu felicidad eres tú, nadie más. No te hace feliz tu mamá, no te hace feliz tu papá, ni lo que ellos te dan, no te hace feliz tu trabajo, tampoco tu esposa ni tus hijos, no te hace feliz tu casa ni tus logros y menos que menos todo el dinero que puedas ganar. Lo que te hace feliz es tu decisión de ser feliz más allá de cualquier circunstancia. Nada más ni nada menos. Tú decides siempre.
Hay personas que pierden el sentido de su vida y se zambullen en dolor y tristeza porque un negocio no salió como esperaban, o porque una persona no los amo como lo esperaban, como si fuera el único motivo por el cual sonreír, vivir, existir.
Hay también personas que teniendo un trabajo, una casa, lujos, vacaciones y cuantas cosas más pero no son felices porque deciden ver lo que les falta, un amor, un hijo, una mamá. En cambio también hay quienes tienen sus padres vivos pero pareciera que eso no es suficiente para decidir ser felices y miran hacia el lado carente de sus vidas, aun no hay logrado recibirse de aquello que querían y toda su vida se vuelve un fracaso por ese detalle, sí, porque es un detalle.
Cuando decides ser feliz no hay circunstancia que te modifique, decides ser feliz como sea, y sabes que depende de ti serlo, por lo tanto, aunque tengas metas y objetivos a los que aspiras no dependes de ello para disfrutar tu vida. Cuando eres feliz no dependes de nadie ni nada, si sucede como esperabas bien pero si no también. No es egoísmo, es amor propio.
Si tienes deudas y decides sufrir y amargarte por ello es tu decisión, puesto que si puedes endeudarte también puedes crear un saldo a favor, de la misma manera que lo hiciste gastando; gestionando, gestiona, acciona pero sigue siendo feliz, pues confías en ti, y en lo que puedes hacer. Sufrir es sinónimo de abandono, de desesperanza, de falta de seguridad, y sentirse así también es una elección.
No te hace feliz una persona que decide amarte, puesto que si no está no eres feliz, y ni pensar si no te ama de la manera que quieres que te ame, esta clase de felicidad es como un corcho, como si fuera a tapar una botella vacía, es inútil, no sirve. Decide ser feliz primero tú como eres con lo que eres y luego junto a la persona que está contigo compartiendo tus días.
Ser feliz es cuestión de valentía, de coraje, de responsabilidad. Decides ser feliz y luego te conoces para saber que necesitas hacer, saber y ser para serlo. Y lo haces.
Te cuestionas cuáles son tus preferencias, tus favoritos, tus formas de calmarte, de mimarte, de contenerte, de divertirte, de apoyarte, de incentivarte. Te haces feliz a ti mismo día a día, hora a hora con cada elección que realizas, te haces responsable. Te ocupas de ti.
Y cuando eres feliz se nota, se nota en tu caminar, en tu hablar, en tus emociones, en tus acciones, en tu sonrisa, en tu andar cotidiano por la vida relacionándote con los demás.
Cuando eres feliz haces felices también a los demás porque todos quieren estar con alguien que los hace vibrar alto, los hace sonreír y disfrutar, los hace felices.
Inconscientemente enseñas que si tú puedes, los demás también, te vuelves ejemplo, te vuelves imán, imán de cosas maravillosas porque quien es feliz no puede más que sentir y vivir cosas felices y por lo tanto su vida es una oportunidad para descubrir y descubrirse alegre en situaciones que otros quizás no las ven por no elegir ser felices, por no elegir.
Elije. Pero elije hacerte feliz. Todos los días.
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Natalia de las Nieves
Coach y Terapeuta
Motivacional
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