Etimológicamente culpa es una palabra que hace alusión a una falta o delito que comete una persona, se atribuye a una acción negativa por lo general de algo que se hace frente a un hecho, acción. Sin embargo la culpa va más allá de su significado original y causa muchos malestares a lo largo de toda la vida.
Frente a los fracasos y angustias es común que las personas intenten buscar alguna excusa fuera de los hechos encontrando culpables de lo que les sucede, y así puede ser culpable desde los padres por lo que dieron y lo que no, hasta el gobierno por no proveer de lo que necesitamos para ser felices.
Culpar es el hábito en automático que tienen las personas de baja autoestima y seguridad: por culpa de la falta de tiempo no hago ejercicios, por culpa de mi trabajo perdí mi señora, por culpa de que se arruinó el auto llego tarde a la reunión y tantas situaciones más que escuchamos a diario.
El otro lado de la culpa son las personas que no echan la culpa pero sí son culposas por todo, se auto atribuyen la culpa de todo lo que sucede y por este mismo motivo no accionan frente a los hechos para evitar aumentar el grado de culpabilidad. Por lo general son miedosas e introvertidas.
Ahora bien, la culpa estanca, paraliza, genera círculos viciosos y tóxicos, pero frente a él hay una forma de ser protagonistas de los hechos y accionar.
Cuando nos hacemos responsables, eliminamos la culpa tanto de quien la mira afuera como quien la carga en sí mismo. Tu novio puede ser el culpable de los maltratos en la pareja, pero tu eres responsable de lo que permites que suceda. Tus padres pueden ser muy permisivos, pero tu eres responsable de las elecciones que haces en esa libertad. El gobierno puede ser responsable de que las cosas aumenten, pero eres responsable de cómo afrontas los cambios adecuando y gestionando recursos para que no te falte nada.
Culpar es fácil pero nos vuelve víctimas de lo que nos sucede. Ser responsables en cambio, nos pone en rol de protagonistas y autores de lo que queremos que nos pase y afecte inclusive.
Ser responsable no solo es una actitud heroica sino que nos invita a crecer, madurar y ayudar a los demás, porque cuando evitamos la culpa evitamos cargas en los demás y evitamos peleas y malos entendidos. Hazte responsable, deja la culpa y acciona.
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Natalia de las Nieves
Coach y Terapeuta
Motivacional
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