En este 99 Aniversario de la ciudad de Eldorado qué mejor que recurrir al libro de Antonia Rizzo, “Historia de Eldorado”, para contar parte de los primeros años de la Colonia.
Dice Rizzo en su libro “Eldorado se extiende entre ambos arroyos Piray, con su avenida San Martín (ex Picada Maestra), su nombre obedece a la inspiración de Schwelm, tomado de la leyenda común entre los conquistadores de América de la existencia de una comarca en estas latitudes llena de tesoros y riquezas; en cierta medida, cierta, puestos que estaban ocultos en la tierra roja y la espesura de la selva y habrían de fructificar con el trabajo constante y sin pausa de los hombres que vinieron a habitarla. Eldorado es una conjunción de esfuerzo de hombres venidos de todo el mundo, alemanes, dinamarqueses, suizos, polacos, ingleses, que unidos a los paraguayos y criollos lo convertirían en un emporio de progreso. Para hacer surgir un Eldorado en medio de la selva virgen era necesario la llegada de colonos que emprendieron la tarea”. “… todo proyecto de colonización se debe fundar sobre un estudio profundo de la naturaleza de la región elegida, como así también de la raza humana que se quiere instalar allí. Es necesario saber asociar, combinar las riquezas naturales y las energías humanas…”.
“…mis preferencias a este respecto se inclinaron hacia las razas nórdicas, los primeros colonos de Eldorado fueron alemanes, dinamarqueses, suecos. Ellos constituyen actualmente la mayoría de la población. Hay también un puñado de británicos. Austríacos y Húngaros… dice Schwelm en sus publicaciones de 1929, 1931 y 1932, en el momento que Eldorado ya contaba con unos 7 mil habitantes de origen europeo en su mayoría y se había convertido en colonia de lengua alemana”.
Además, Rizzo manifiesta que “muchas veces nos planteamos la hipótesis de por qué los colonos llegaron a Eldorado y no a otros lugares del país, provincia de Buenos Aires, Litoral, etc; y tal vez esta hipótesis pueda encontrar su respuesta en la propaganda muy bien concebida y puesta en práctica por Schwelm, de manera personal en Europa”.
“Una Europa castigada por la guerra mundial, donde los víveres estaban racionados, la desocupación aumentaba, la población se había desorganizado y no se encontraba mercado para sus productos, la moneda desvalorizada, precios elevadísimos debido a la inflación económica mundial, la miseria cundía por doquier y donde la desesperación de campesinos artesanos que habían perdido la fe en el porvenir”.
Schwelm manifestaba que “saque a esa gente sin fe y sin esperanzas de un mundo transformado y despedazado”. Y a esa gente llegaba la propaganda de Eldorado, en publicaciones en idioma alemán e inglés, profusamente ilustradas, mostrando las delicias del paisaje, ofreciendo la felicidad mediante la libertad. También se proyectaba un filme, rodado probablemente en el parque, y todo ello fomentado por el Gobierno argentino, que prometía al colono europeo libertad de acción, independencia cultural y económica, sobre la base de la Constitución Nacional y garantizándoles ayuda oficial” (Antonia Rizzo).
“Estos folletos ejercieron gran efecto sobre la población a las que estaban destinados junto con la actividad personal desplegada por Schwelm. En las oficinas de migración de Suiza, Alemania, Inglaterra, se informaba sobre la existencia de Eldorado, en la República Argentina, abierto a aquellos que buscaban una tierra de paz y progreso”.
“Invitamos a todos aquellos que las circunstancias llevan a buscar un futuro seguro: aquellos que, lejos de renunciar a la cultura de su país de origen, están dispuestos a trasplantarla a su nueva patria, a aquellos que consideran su felicidad y placer de adquisición al confort y la riqueza por medio de un trabajo perseverante y una voluntad sólida. En una palabra, invitamos a aquellos que están decididos a encontrar no sólo un hogar, sino también, propiedades y tierras que pueden legar a sus hijos”. Todo escrito y en imágenes que formaban parte de la campaña publicitaria del fundador de Eldorado Julio Adolfo Schwelm y de esta manera atraía a los inmigrantes a estas tierras, demás está decir que le fue muy efectivo.
Las oficinas del Sr Schwelm en Buenos Aires, y a partir de 1924 las de la Compañía Eldorado, fundada y organizada por aquel, con sede también en Capital Federal, ponían a disposición del colono todo tipo de información.
La compañía Eldorado, Colonización y Explotación de Bosques Limitada, se constituye el 26 de junio de 1924 y los Estatutos fueron aprobados el 22 de agosto de ese mismo año. Su primer directorio estuvo constituido por el presidente Adolfo Julio Schwelm, el vicepresidente Guillermo Pasman, los vocales Eduardo A. Tornquist, Hilario H. Leng, Benjamín Muñiz Barreto, Arturo S. Gibbs, Ernesto Pasman y el síndico Joaquín S. de Anchorena.