Irá a juicio, pero no en el lugar que ocupa la defensa, sino en el mismísimo banquillo. Un abogado posadeño deberá enfrentar a la Justicia por el robo que a mediados de 2014 sufrió uno de sus clientes cuando salía de cobrar poco más de 469 mil pesos de una indemnización de un banco de la capital provincial. La sospecha es que el profesional “entregó” a la víctima a las manos de los ladrones.
El letrado posadeño, actualmente de 39 años, deberá responder por el delito de “robo calificado” en carácter de “partícipe primario”, lo que quiere decir que, para la Justicia, sin su participación en el episodio, el mismo no se habría podido consumar.
Así lo entendió el magistrado Walter Ricardo Balor, titular del Juzgado de Instrucción 6 de Posadas, quien días atrás elevó el expediente, que tuvo varias idas y venidas que prolongaron su sustanciación, principalmente en lo relacionado con un pedido de nulidad presentado por la defensa del abogado y que finalmente no prosperó.
Horas después del hecho, el profesional de las leyes fue detenido. Permaneció en esa condición aproximadamente una semana, hasta que fue beneficiado con la excarcelación tras cumplimentar una caución real de 200 mil pesos. Desde entonces permanece en libertad y así llegará al debate oral y público.
El episodio por el que deberá responder ante un tribunal penal posadeño sucedió alrededor de las 9.40 del miércoles 21 de mayo de 2014, aunque comenzó algunos minutos antes en otro sector de la capital provincial.
El abogado ahora imputado aparentemente pasó a buscar por la Terminal de Ómnibus de Posadas a su cliente, de 28 años y oriundo de Dos de Mayo, quien después de un largo periplo judicial había logrado el cobro de una indemnización por la pérdida de dos dedos de una mano.
Aquello había ocurrido en el marco de un accidente laboral, cuando trabajaba en la cosecha y producción de yerba mate.
En total, tras la intervención del abogado ahora imputado, el seguro le pagaría 585 mil pesos, una vez que la junta médica confirmó que había sufrido un 60 por ciento de discapacidad.
Del total de ese monto, siempre al decir del expediente, 116 mil pesos correspondían a la paga del abogado, mientras que el resto, unos 469 mil pesos, quedarían para el damnificado. No era una suma menor: si se tiene en cuenta que aquel 21 de mayo de 2014, un dólar equivalía a ocho pesos argentinos, el colono cobraría 58.625 dólares, algo así como 2.345.000 pesos al cambio actual.
Lo cierto es que la víctima, su mujer y el abogado ingresaron a un sector reservado del banco, en el que cobraron el dinero. Allí mismo dividieron las partes.
Sin embargo, según el relato del denunciante, en ese momento el abogado insistió en que fueran hasta su casa, en la chacra 109 de Posadas -delimitada por las avenidas Lucas Braulio Areco, Zapiola, López y Planes y Tambor de Tacuarí-, porque creía que se había quedado con más plata de la que le correspondía.
Cuando salían del inmueble se produjo el asalto armado. La pareja y el abogado estaban en el Citroën C-4 del letrado cuando fueron interceptados por un Peugeot 406 oscuro, con vidrios polarizados, del que se bajaron dos encapuchados. Uno de ellos estaba armado.
Los ladrones encañonaron a todos y amenazaron con ultimarlos. Fue entonces que el colono aseguró que el abogado insistió con que le diera la mochila en la que llevaba el dinero. “Nos van a matar a todos”, le habría dicho, tras lo cual el propio profesional le sacó el bolso y se lo dio a los maleantes de inmediato.
La víctima del atraco no lo dudó y minutos después del hecho se presentó en la comisaría seccional Sexta, donde radicó la correspondiente denuncia y apuntó directamente al abogado.
De inmediato se inició una investigación comandada por el propio magistrado Balor, quien ese mismo día por la tarde dispuso la detención del especialista en leyes.
Exactamente una semana estuvo tras las rejas, ya que el miércoles 28 de mayo de 2014 recuperó la libertad tras pagar una caución de 200 mil pesos. Desde entonces goza de la excarcelación, aunque todo podría cambiar una vez que la Justicia dictamine qué grado de responsabilidad tuvo en el robo a su cliente.
“Él debe saber quiénes fueron”
Horas después de perder el dinero en manos de los delincuentes, Raúl Brítez habló con PRIMERA EDICIÓN y contó en detalle cómo sucedió todo.
“‘Dame la plata, dame la plata’, me gritaban y yo retenía la mochila. No quería darles. En un momento él -por el abogado- me dice ‘¡Dale la plata Raúl, que nos van a matar!’. Entonces me saca y se la entrega”, relató en ese entonces.
Desde el inicio, Brítez apuntó a su abogado. “Me dijo que le había dado de más y que en su casa me devolvería una parte del dinero. Qué abogado más generoso, me repito ahora. Lo curioso es que él salió de la casa con su parte, para qué. Para mí ya lo tenía arreglado”.
También aseguró que “ese dinero era mi esperanza, la posibilidad de reiniciar mi vida con algo propio, porque con el problema que tuve, nadie me acepta, nadie me quiere dar trabajo. Tengo 28 años y lo único que hice toda mi vida fue trabajar. Esa plata era mía, nadie me la regaló, me la gané con una desgracia. Nunca pensé que pasaría algo así”, sintetizó. Ahora espera por el juicio oral y público para el abogado.
Encuadre legal
La Justicia Penal le endilga al abogado una participación primaria en el delito. En caso de ser encontrado culpable, le caben las mismas penas que al autor, según el artículo 45 del Código Penal Argentino: “Los que tomasen parte en la ejecución del hecho o prestasen al autor o autores un auxilio o cooperación sin los cuales no habría podido cometerse, tendrán la pena establecida para el delito”.
Es por ello que el letrado imputado se enfrenta a una pena de entre cinco y quince años de cárcel, tal lo establecido en el artículo 166 de la misma normativa, en relación al delito de “robo calificado”.