Un delito de instancia privada sacude a la comunidad educativa de un colegio religioso del microcentro posadeño. La madre de una niña que cursa el séptimo grado denunció el viernes en la Comisaría de la Mujer de la Unidad Regional I que la menor fue abusada sexualmente por el chofer del transporte escolar que durante cuatro años la trasladó a clases.
De acuerdo a fuentes de confianza plena de PRIMERA EDICIÓN, el caso comprende la acusación a un hombre de 49 años, conductor de una camioneta Mitsubishi I-300 adaptada y con licencia de transporte escolar privado.
Siempre de acuerdo al relato de la denuncia presentada por su madre, profesional de la salud, la víctima, de trece años, ingresó al Instituto Roque González el viernes a las 7 y, antes de dirigirse al aula, buscó ayuda desesperada y llorando.
Docentes la acompañaron a la oficina de Dirección y allí la menor dio su primer relato de lo que habría ocurrido en el trayecto desde su vivienda en el barrio Itaembé Miní a bordo del micro escolar, en el que aparentemente fue abusada sexualmente por el conductor, el mismo sujeto que desde que tenía siete años cumplía la función de trasladarla a la escuela.
La directora de inmediato se comunicó con la madre de la alumna y ésta se dirigió hasta el establecimiento de las calles Colón y La Rioja.
La niña al encontrarse con su madre, rompió en llanto profundo, por lo que primero se decidió calmarla, que cuente lo sucedido y de inmediato llevarla hasta la sede policial mencionada, por calle Córdoba casi Félix de Azara, donde se radicó la acusación y se dio intervención al juzgado de turno, el de Instrucción 1 de Posadas, a cargo de Marcelo Cardozo.
Ante la gravedad de la imputación, el magistrado ordenó la ubicación y detención del sospechoso.
Con precisión, y sin brindar detalles para preservar la integridad de la víctima, a las 5.50 del viernes 14 de septiembre, el transporte pasó a buscar a la menor y en el trayecto el conductor frenó y estacionó la camioneta y concretó el abuso: la obligó a abrir las piernas y le tocó los genitales.
La menor se resistió a pesar de la diferencia de fuerzas y logró que el sujeto desistiera de avanzar con el aberrante acto y la llevó hasta el colegio, no sin reiteradas advertencias y amenazas para que no contara lo sucedido a nadie.
Rápida denuncia
Apenas su hija se tranquilizó, la madre concurrió de inmediato, hasta la Comisaría de la Mujer y relató horarios y detalles completos de lo sucedido y se elevaron las primeras actuaciones a la Justicia.
Por orden del magistrado, el acusado tiene orden de detención.
A la par, se aguarda la solicitud para que la menor declare en Cámara Gesell y describa los hechos que habría padecido.
Vale recalcar que, dentro de la responsabilidad de la escuela, sus responsables obraron con máximo cuidado de la menor y asistieron también a la progenitora para que pudiera acudir a las autoridades y denunciar la situación.