La definición de conspiración revela: “acuerdo secreto contra algo o alguien, especialmente contra el Estado o el soberano”. Y pareciera ser lo que ocurrió en este pequeño municipio entre el exintendente y exdiputado peronista, Darío Pietrowski, con el presidente y vicepresidente del Concejo Deliberante, María Eva Boattini y Agustín Insaurralde respectivamente, en contra, claramente, de la intendenta Celia Smiak.
Los dos concejales se habrían puesto del lado de Pietrowski, después que éste fuera denunciado por la Intendenta y, desde entonces, no enviaban las ordenanzas al Ejecutivo y ponían permanentes “palos en la rueda” a la gestión y la gobernabilidad. Incluso, durante la semana, trascendió el rumor de que impulsarían la destitución de Smiak.
El miércoles por la tarde se llevó adelante una sesión extraordinaria donde se puso fin a la eventual conspiración y los otros tres ediles removieron de los cargos de presidente y vice a Boattini e Insaurralde (ambos del FpV), asumiendo Iraní Fernández (FR) como nueva presidenta y Jorge Villalba (PAyS) como vice. Contaron con el voto del otro renovador: Leonardo Mulawka.
Conflicto familiar y político
La disputa por el poder comenzó hace varios años, cuando Darío Pietrowski dejó la intendencia para asumir como diputado provincial por el Frente para la Victoria. Su esposa, Celia Smiak, fue electa intendenta y comenzó una gestión más cercana a la gente, al punto que el miércoles, cuando trascendió el rumor de destitución, muchos vecinos se acercaron al Concejo Deliberante para brindarle su apoyo y para impedir el eventual “golpe institucional” que temían.
En 2017, Pietrowski terminó su mandato como diputado y habría pretendido retomar el control político del pueblo. Al parecer ya era tarde, porque la gente estuvo decididamente de lado de Smiak. El conflicto político derivó en un conflicto familiar. Aunque, en el pueblo afirman que el problema familiar era anterior, de muchos años.
Hace dos meses, después de reiteradas situaciones similares, Smiak denunció a Pietrowski por violencia de género y la Justicia determinó una orden de restricción perimetral. La población local se inclinó a favor de la Intendenta, y el Gobierno provincial, mediante algunos funcionarios, brindó asesoramiento político e institucional.
Los dos ediles desplazados el miércoles, claramente, habían tomado postura a favor del exdiputado y empezaron a trabar ordenanzas, a no enviar las aprobadas y a poner en riesgo un fondo de $900 mil mensuales para el municipio, en el marco de la adhesión al régimen de Responsabilidad Fiscal.
Viendo esta falta de gobernabilidad, los tres ediles se reunieron y solicitaron el cambio de autoridades, convocando a la sesión mencionada y desplazando del cargo a los dos que responden al exjefe comunal, Dario Pietrowski.
“Hubiera sido muy triste que no podamos contar con esos fondos, que son para obras de empedrado, cordón cuneta. La ordenanza había sido aprobada por los tres concejales pero el presidente no enviaba la ordenanza al Ejecutivo, éramos el único municipio que faltaba elevar a la Provincia”, explicó Smiak a Visitemos Misiones, sitio digital de Alem.
“Se enviaron varias notas y no tuvimos respuestas. La excusa de ellos siempre fue que no tenían elementos para trabajar, pero una ordenanza se puede hacer con lápiz y papel”, agregó la intendente de Almafuerte.
El conflicto quedaría definitivamente zanjado la semana próxima, cuando Pietrowski presente su renuncia como secretario del Concejo Deliberante, según trascendió.