Impunidad y dinero. Esas fueron las pautas a cambio de las cuales el presunto autor del crimen de Natalia Elisa Samaniego (25) intentó vender su alma al diablo. No son hipótesis o teorías, si no la materialización de un supuesto pacto satánico que quedó asentado en la carta que fue secuestrada por la Policía en la propia escena del crimen.
Saber si realmente se trató de un femicidio perpetrado en el marco de un ritual esotérico o la misiva fue apenas una coartada a través de la cual Juan Martín Carleris (22) habría intentado fingir algún tipo de inestabilidad emocional es lo que ahora intentan establecer las autoridades que tienen a cargo la investigación.
En tanto, PRIMERA EDICIÓN pudo acceder al texto completo de la carta, del que se desprende que el joven de 22 años detenido prometió ofrendar su propia alma al diablo a cambio de lograr salir impune del hecho, además de solicitar “llegar a fin de mes” con el dinero. Creer o reventar.
“Señor Lucifer, gran señor de las tinieblas, te ofrezco mi alma cuando muera a cambio de que te lleves el cuerpo de mi novia y que no quede evidencia que fui yo quien la asesinó”, rezan las primeras tres líneas -de un total de siete- que conforman el escrito, encontrado en uno de los basureros de la vivienda de alquiler.
El autor de la carta prosigue con el supuesto ‘negocio espiritual’ y, en el pacto, siempre a cambio de entregar su alma, también pide “tener suficiente dinero para todo el mes”. Sobre el final, la promesa de fidelidad eterna a cambio de que dichos favores sean concedidos: “seré otro seguidor y adorador tuyo, gran poderoso Señor de las Tinieblas”.
Al final de la misiva aparece escrito en tinta azul el nombre de quien sería el autor de la carta, identidad coincidente con la del detenido: “Carleris, Juan Martín”. Y después, sus iniciales, escritas con sangre y en mayúsculas: “C.J.M.”.
El hallazgo de la misiva abrió todo un abanico de hipótesis. No obstante, para lograr certezas y confirmar las suposiciones es que el magistrado Marcelo Cardozo, titular del Juzgado de Instrucción 1 de Posadas y al frente de la pesquisa, ordenó la realización de dos pericias sobre la misma: una caligráfica, para saber si el detenido es realmente el autor de la carta; y otra genética, a los fines de establecer si las iniciales escritas con sangre fueron, como se cree, ‘garabateadas’ por el detenido en la causa.