Un grupo de chicos no dudó en desafiar la baja temperatura y se sumó a la liberación. Con una red armaron un cerco hasta que la totalidad de las bogas fueron bajadas con copos del tanque con oxígeno en el que fueron traídas desde Candelaria.
“El objetivo es proveer de ejemplares de diferentes especies autóctonas y contribuir al repoblamiento de ríos y arroyos de Misiones”, sostuvo Enrique Diaz Esmendi, de la Entidad Binacional Yacyretá al concluir la liberación de los ejemplares.
Por su parte, el subsecretario de Ecología y Desarrollo Sustentable dijo que la liberación de las bogas “forma parte de las actividades que llevamos adelante en forma conjunta para poblar al río con ejemplares. Es un aporte para consolidar la biodiversidad”.
Cuando la totalidad de los peces ya estuvieron en aguas del río, los chicos levantaron la red que hacía de cerco y los peces ganaron rápidamente el Paraná. Apenas unas horas más tarde, un equipo de pescadores que participó de la 47º Maratón Internacional de Pesca Variada Embarcada del Pira Pytá, capturó uno de los ejemplares, de 17 centímetros.
Está claro que la liberación de las casi 300 bogas no implica una solución para el despoblamiento que sufrió el río Paraná tras el llenado del embalse de la central hidroeléctrica de Yacyretá. Este tipo de iniciativas deberían repetirse semanalmente, de manera tal que en un plazo no muy largo, se logre contar con una fauna íctica variada y de gran valor deportivo, como supo tener en su momento el Alto Paraná. Contar nuevamente con buenas poblaciones de bogas, dorados, surubies, salmones, pacúes, bagres y otras especies servirían para reactivar el turismo relacionado con la pesca, actividad que hoy es casi nula en nuestra provincia.