
No fue un ataque instantáneo e incontrolable. Ni un hecho ligado a un estado de “emoción violenta”. Para los peritos de la Justicia provincial, el joven de 24 años acusado de matar a su propia madre sabía lo que hacía. Y aquello quedó ahora ratificado mediante una segunda pericia a la que fue sometido el acusado.
Ese nuevo examen llegó horas atrás a manos del magistrado Miguel Ángel Faría, al frente del Juzgado de Instrucción 4 de Apóstoles y a cargo de la investigación, y confirmó los resultados de la primera pericia, realizada meses atrás: el acusado comprende la criminalidad de sus actos y es imputable.
Según pudo saber PRIMERA EDICIÓN, los profesionales del Cuerpo Médico Forense que entrevistaron al sospechoso de 24 años no tuvieron dudas en resaltar que sus capacidades intelectivas no están afectadas y, en otras palabras, tiene la capacidad de discernir entre lo que está bien y lo que está mal.
En buena parte, aquello confirmaría la principal hipótesis de los investigadores que detuvieron al joven, quienes afirman que el muchacho no sólo ultimó a su madre sino que, además, posteriormente echó a andar una compleja coartada tendiente a desvincularse del hecho.
En ese sentido, por ejemplo, aseguró que él mismo había llevado a su madre a la localidad correntina de Gobernador Virasoro, donde la mujer iba a rehacer su vida con un nuevo amor, un gomero que nunca pudo ser encontrado por los policías.
Esa versión quedó rápidamente desvirtuada, una vez que las pericias telefónicas establecieron que en ese lapso de tiempo nunca había abandonado Misiones.
La segunda pericia psicológica ya fue anexada al expediente, que está ahora en manos de la fiscal Silvia Barronis. Sólo resta la requisitoria de elevación a juicio del Ministerio Público para que la causa finalmente llegue a uno de los tribunales posadeños, donde el acusado -quien permanece detenido- será juzgado.
Sobre él podría recaer una pena de prisión perpetua, es decir, 35 años, en razón de que actualmente se encuentra imputado por “homicidio calificado por el vínculo”.
Todo indica que en el banquillo no estará solo: su pareja, una joven de 28, también está acusada formalmente de ese delito, aunque la fiscalía debe definir qué grado de participación le cabe. Por lo pronto, su situación es más leve: continúa excarcelada.
El crimen de Isabel Dominga Huzi de Remskij (52) se descubrió alrededor de las 15 del domingo 10 de septiembre de 2017, camino al basural de Apóstoles, donde fue hallado el cadáver de la mujer, envuelto en un par de mantas y maniatado con cables coaxiles.
La posterior autopsia determinó que murió por asfixia por ahorcamiento. Se supone que fue asesinada en su vivienda de la calle Moreno casi Salta entre el viernes 8 y el día siguiente. Para los investigadores, el acusado la ultimó con el objetivo de quedarse con ese inmueble.