Las idas y venidas de legisladores nacionales respecto a las medidas solicitadas, en este caso por el juez federal Claudio Bonadio, generaron en un importante porcentaje de la población mucha indignación al ver el trato diferencial que la misma clase dirigente aplica cuando integrantes del sector están sospechados de ilícitos.
Las constantes informaciones vinculadas a empresarios que se suman a la causa denominada “cuadernos de las coimas” o “los Gloria de la corrupción”, muestran a la sociedad una trama de la que no se conocía la magnitud tanto en involucrados como en el volumen de dinero que circulaba en la misma.
En momentos donde la situación económica provoca muchos daños sociales, especialmente a quienes menos ingresos o posibilidades de subsistencia tienen, la información sobre los millonarios retornos en dólares que deja la obra pública por la complicidad de empresas y funcionarios no puede más que provocar bronca entre los argentinos.
La Justicia no debe sentirse ajena al reclamo. Son los mismos jueces que años anteriores cajoneaban denuncias que hoy se reflotan por los arrepentidos vinculados tanto al kirchernismo como al macrismo. Esa misma Justicia que hoy parece decidida a profundizar las investigaciones que antes hizo dormir en los cajones de Comodoro Py también está cuestionada por la ciudadanía.
Es tiempo de encontrar un acuerdo por fuera de la grieta y debe ser en el sentido de no tolerar más que la corrupción se adueñe de la Argentina.