Durante más de 48 horas un centenar de efectivos de distintas reparticiones y unidades regionales de la Policía provincial, lo buscaron con intensidad en zonas de monte, pinares y chacras. El cerco que le montaron al exconvicto de 64 años dio sus frutos ayer pocos minutos después de las 15, cuando efectivos de una patrulla de esta localidad lo acorralaron dentro de una letrina de una vivienda en Roca Chica, luego del llamado del propietario que alertó la presencia.
El hambre, frío y la lluvia fueron determinantes para que el sospechoso de matar a su concubina Laura Liliana Toth de 56 años el sábado por la mañana, cometiera el error buscado por los integrantes del rastrillaje, que saliera de la espesura de la vegetación a buscar alimentos y fuera ubicado por algún colono o poblador.
Esto ocurrió a más de 25 kilómetros del barrio 25 Viviendas de Gobernador Roca donde fue cometido el “femicidio” y de acuerdo a fuentes consultadas por PRIMERA EDICIÓN, el sospechoso no opuso resistencia, estaba completamente mojado y tembloroso de hambre y frío, sin fuerzas para intentar escapar nuevamente.
Levantó las manos y los cuatro suboficiales de la Unidad Regional IX, concretaron el arresto.
La noticia fue celebrada con mesura por todos los intervinientes en el operativo iniciado el sábado al mediodía. La labor cumplida los reconfortó tras más de 48 horas de trillos, plantaciones de té, pinares y monte recorridos.
Laura Liliana Toth murió víctima de una puñalada en la espalda el sábado a las 10.30. El drama se desató en el inmueble que compartían. Él es pensionado, la mujer ama de casa, y hasta al menos hace dos años vivían en una chacra en las afueras de Roca Chica.
Toth tenía una madre de edad avanzada y por necesitar de cuidados constantes convenció a su pareja de irse a vivir con ella.
La comisaría local fue alertada por una sobrina de Toth de que el sujeto había agredido de su tía tras una escuchar una fuerte discusión en la casa. Al arribo de la comisión policial la escena ya era luctuosa. La mujer tirada en la vereda sin vida y rodeada por vecinos y familiares. Un corte en la espalda presagiaba de qué se trataba.
Pocos minutos después arribó Carlos Giménez, juez de Instrucción 7 y se libraron todas las órdenes y recursos para iniciar la pesquisa y rastrillaje. Los forenses confirmaron a la par que el cuerpo presentaba una herida de seis centímetros de largo por tres de profundidad.
Agentes de la Unidad Regional IX de Jardín América apoyados por uniformados de la UR-XIII de San Ignacio y de la Dirección de Homicidios, montaron un operativo cerrojo.
Apenas la conmoción comenzó a apoderarse de Roca, se pudo establecer que a quien buscaba la Policía era nada menos que el exconvicto por el crimen de Ramón Valentín Zárate (44), quien murió baleado el 5 de octubre de 1985 en la misma localidad.
Tanto Zárate como su victimario, eran por entonces peones tareferos y un reclamo por una deuda con un almacenero decantó en discusión, pelea y disparos letales. Dejó entonces a nueve hermanos sin padre que debieron arreglárselas con los ingresos magros de su madre.
El agresor volvió ayer a una celda y tal vez, de ser hallado culpable por “femicidio”, le toque cumplir ahora una condena de prisión perpetua.