Sobre un imponente paisaje natural y cultural, zigzaguea la ruta costera 2, desde Azara hasta la Reserva de Biosfera Yabotí, donde los verdes de la selva se hunden lentamente en las profundidades de los Saltos del Moconá. Colonia Aurora es un paso obligado en este paseo de aromas y colores, los del ananá, la yerba mate, la forestación, el tabaco y la frontera brasileña, con su tapiz de sembradíos.
Aurora fue uno de los últimos lugares en colonizarse en la tierra colorada, su geografía inaccesible hacía del cercano río Uruguay la única vía de comunicación aceptable, ya que los caminos de tierra eran intransitables buena parte del año. Entre los primeros habitantes se encontraba Aquino Sinolaza, quien instaló el primer comercio del lugar y que terminó dando nombre al poblado, en referencia a Aurora Palia Quesini, su madre. Hoy el asfalto garantiza la comunicación e invita a dejarse llevar en sus miles de paisajes y el perfume a ananá, reconocido por su exquisito sabor y su grado de dulzura, incluso durante muchos años el municipio fue escenario de la fiesta provincial de esta fruta, encuentro que la flamante Secretaría de Turismo, comenzó a trabajar a fines de abril pasado, intentará retomar.
Este organismo además trabaja en la recuperación de los emprendimientos de agroturismo que en algún momento supieron iniciarse, cuando los habitantes abrieron sus hogares a los turistas, convidando a disfrutar del día, de desayunos coloniales con pan casero, miel, dulces y mermeladas artesanales, quesos y leche caseros; almuerzos típicos de la costa del Uruguay, feijoada, guisado de arroz con porotos negros; guiso de arroz con gallina; o cerdo frito con mandioca; y postres bien misioneros, mamón en almíbar con queso criollo.
Asimismo, las chacras permitían participar en sus actividades diarias, como ordeñar vacas, alimentar a los animales de la granja, pescar en los estanques y conocer los procesos de elaboración de dulces, quesos y conservas, atrapando a grandes y niños por igual.
Por supuesto, con la calidez que suma el crisol de razas con que vistió a esta tierra el anclaje de inmigrantes europeos, alemanes, italianos, ucranianos, que se ubicaron en un primer momento en Brasil y cruzaron el río luego en busca de nuevos horizontes; además de paraguayos y brasileños; tiempos que quedaron en imágenes, en fotografías que actualmente la Secretaría de Turismo está reuniendo para conformar lo que será el Baúl de los Recuerdos de Colonia Aurora.
Curvas y contracurvas, subidas y bajadas pronunciadas hacen del viaje una aventura difícil de olvidar y la cordialidad de los lugareños un destino para deleitarse en la paz que sólo el interior de Misiones sabe ofrecer y que es capaz de cubrir cualquier carencia de comodidad.