Jorge Escobar lo sabe y es por eso que lleva a “Chitata” y moviliza a toda la Zona Norte de la tierra colorada a sumarse a sus encuentros, grandes fiestas desbordantes de música, de cuentos, danzas, siempre activando a todo el auditorio, para que nadie se quede con ganas, para que padres e hijos, hermanos, tíos, sobrinos… se encuentren, se disfruten, como hoy, a partir de las 16, cuando cope el Centro Cultural de este municipio con todo su equipo.
En una charla con Ko´ ape, Escobar contó que hace quince años está ligado formalmente a la docencia, es maestro de grado, profesor de música y de danza, lo que lo llevó a estar frente a una clase con sólo doce años. Esas cosas de la vida (o de pueblo) lo cruzaron con Nancy Heck, mae jardinera desbordante de energía hace una década y, entre proyectos y animaciones, se fue conformando el show.
Aunque el nombre surgió en 2015, cuando el Salón Cultural de Puerto Esperanza se convirtió en un taller de actividades artísticas para niños de cuatro a nueve años aproximadamente, que incluía música, teatro, danza, pintura, “de todo un poco”, y necesitaba un nombre, así surge “Chitata”, una palabra que no tiene ningún tipo de traducción, porque es “inventada por mi hijo, la repetía cuando jugaba, nos llamó la atención y lo tomamos como nombre”, confió el docente. El éxito los convocó también en 2016, en la Academia de Danzas Tierra Misionera, con las más variadas experiencias, construcción de instrumentos, canto, con mucho juego, durante dos horas.
Y fue el pedido de la gente el que los convocó a ser parte de distintas fiestas, el Día del Niño, de los Jardines de Infantes, en Wanda, Puerto Iguazú, Puerto Libertad, entre otros municipios.
Pensado para la familia
Con la ayuda de su esposa, Lilian Kriebaum, que se ocupa de la confección de todos los materiales necesarios para el show, Jorge sube al escenario, que en pocos minutos desaparece porque entre música, juegos, literatura y, por sobre todo, muchas risas, todos participan, incluso los adultos que se suman en coreografías que arrancan carcajadas.
Básicamente “lo que hacemos es llevar show que hacemos dentro de la hora de música de una escuela o en un cumpleaños al escenario, es jugar con el público, buscar que todos participen, no se trata de un personaje, son canciones que se eligen, son juegos para toda la familia”, describió Jorge.
Y añadió que “los chicos se sorprenden cuando juego con ellos, es como que se dicen qué pasa que este adulto se engancha con nosotros, porque nos ven de otra manera, les llama la atención que un grande pueda estar a su altura, que baje del pedestal para compartir”.
“Lo que más me llama la atención de los chicos es esa simpleza que tienen, ese cariño transparente, no te van a fingir nada, disfrutan que el adulto se acerque, se ponga a la par y juegue con ellos, saben cuándo ese sentimiento es falso o verdadero, lo valoran muchísimo y te lo devuelven en un cariño que es invalorable”, confesó.
Acercarse a los niños
Durante los últimos años fue notorio el cambio en el trajinar diario, situación que de alguna u otra manera influyó en la familia, haciendo de la era de la comunicación una época en la que prácticamente no hay diálogo, desencadenando en muchas ocasiones en la pérdida de valores sumamente importantes.
“A veces los docentes estamos con las manos atadas, no podemos hacer mucho porque uno la rema en la escuela pero vuelven a la casa y se encuentran con la misma realidad, eso me llama la atención y me duele, la pérdida de valores familiares, cada vez más incomunicada”, remarcó el profe, que hace frente a esta realidad de la mano de Chitata.