La crisis económica también golpea al sector óptico en Misiones. Analía Melo, titular de la Cámara que agrupa a las ópticas de la provincia, explicó que pese a tratarse de un rubro vinculado a la salud, la caída del poder adquisitivo impacta de lleno en la actividad.
“Por más que somos auxiliares de la salud y digamos estamos en un rubro que es de primera necesidad, igualmente sentimos. Sentimos porque hay falta de circulante y el poder adquisitivo de la gente bajó muchísimo”, indicó.
En diálogo con FM de las Misiones, señaló que en la actualidad se observa un cambio en los hábitos de consumo. “Las marcas que se vendían hace cuatro o cinco años ya son inaccesibles para muchos sectores, así que nos amoldamos a la demanda”. La consecuencia directa es la proliferación de productos sin control sanitario, ingresados de manera irregular desde países vecinos. Melo advirtió que “imaginate lo grave que puede ser que te digan probate de estos cinco con cuál enfocas mejor, es gravísimo”.
No solo se trata de lentes recetados, también los de sol pueden afectar la salud visual si no cumplen con los estándares. “Todo lo que es elemento que interfiere en la visión puede ser dañino si no tiene las condiciones adecuadas. Puede ser un anteojo recetado, un anteojo de sol o una antiparra”. Recalcó que muchas veces la población no toma dimensión de los riesgos asociados al uso de materiales de baja calidad.
Consultada sobre la relación con las obras sociales, precisó que la cobertura es dispar. Indicó que el PAMI representa una excepción con la provisión de productos básicos al cien por ciento. Sin embargo, la mayoría de las entidades solo cubre montos fijos, lo que obliga al afiliado a afrontar gran parte del costo. Destacó que los pagos se cumplen en tiempo y forma, aunque “a veces la cobertura es insuficiente”.

En cuanto a los valores, Melo detalló que existen alternativas para distintos bolsillos. Explicó que un par de anteojos básicos puede comenzar en 45 mil pesos y desde allí escalar de acuerdo al tipo de cristal y armazón. Los modelos de marca superan los 150 mil pesos, lo que los vuelve inaccesibles para gran parte de la población. No obstante, resaltó que en Argentina aún persisten planes de financiación que alivian el gasto, a diferencia de lo que ocurre en otros países.
Respecto de la evolución de los costos, remarcó que el 2023 estuvo marcado por una hiperinflación con un 250 por ciento interanual. En 2024 hubo una baja de precios en algunos insumos vinculados al dólar, sobre todo en cristales importados, aunque en armazones nacionales la suba continuó. En 2025, con la liberación del tipo de cambio, los valores se mantuvieron relativamente estables, aunque persisten incrementos en la financiación a través de tarjetas.
La referente también se refirió a la necesidad de controles periódicos de la visión. “Desde las instituciones recomendamos un control anual, pero depende mucho del problema visual que tiene cada persona”. Precisó que en los niños el seguimiento debe ser más estricto, mientras que en adultos mayores se aconsejan chequeos frecuentes por el riesgo de patologías asociadas.
Finalmente, destacó la importancia de los programas públicos y solidarios que buscan garantizar acceso a la salud visual. Recordó que en operativos provinciales y en articulación con fundaciones nacionales se logró asistir a comunidades del interior, con cirugías y entrega gratuita de lentes. Sostuvo que “si es gratis nadie se puede enojar porque van a sectores que realmente necesitan”.





