En los últimos diez años aumentó un 54% la cantidad de docentes egresados en el país y apenas 1% la cantidad de alumnos que asisten en los tres niveles de la educación obligatoria: inicial, primaria y secundaria.
Solo en 10 de las 24 jurisdicciones del país se redujo en 2024 la cantidad de Institutos de Formación Docente respecto a 2015. Misiones está entre las 14 jurisdicciones que sumaron IFD en la última década: pasó de 39 en 2015 a 47 en 2024, pese a que en ese período redujo la cantidad de alumnos de 13.000 a 11.000.
Los datos surgen del informe “Institutos de formación docente”, con autoría de Romina de Luca (investigadora adjunta del CONICET y coordinadora del Área de Educación del Centro de Estudios e Investigación en Ciencias Sociales-CEICS), María Sol Alzú y Leyre Sáenz Guillén (Argentinos por la Educación). A partir del Relevamiento Anual de la Secretaría de Educación nacional, el documento analiza la evolución del número de institutos de formación docente por provincia, los cambios en la matrícula y el crecimiento de los egresados, entre otras variables. Si bien hay carreras de formación docente que se dictan en universidades, el informe pone el foco en los institutos, que concentran la mayor parte de la oferta.
Estructura académica
El total de estudiantes en los institutos de formación docente a nivel nacional se redujo, aunque hay grandes disparidades entre las provincias. La cantidad de docentes egresados creció en la última década, mientras que la matrícula de alumnos de inicial, primaria y secundaria se mantuvo estable.
En los últimos diez años creció un 54% la cantidad de egresados de los institutos de formación docente: a nivel nacional, la cifra de egresados pasó de 44.173 en 2015 a 67.827 en 2024. En este período, la cantidad total de estudiantes de formación docente se redujo un 5% mientras que la cantidad de institutos de formación docente aumentó un 2%. La demanda potencial de docentes también se mantuvo constante: la matrícula de alumnos en la educación básica (inicial, primaria y secundaria) aumentó solo 1% en este período.
En Argentina hay 1.492 institutos de formación docente: son 34 más que en 2015, lo que representa un crecimiento del 2%. En los últimos diez años, la cantidad de institutos creció en 10 de las 24 provincias: los mayores aumentos se dieron en San Luis (+67%), Chaco (+35%) y Tucumán (+26%). A nivel nacional, el 64% de los institutos son estatales, pero concentran el 81% de la matrícula.
Menos estudiantes en formación docente
Las carreras de formación docente suman un total de 498.443 estudiantes en 2024 (un 5% menos). En los últimos diez años, la matrícula creció en 8 de las 24 provincias: los mayores aumentos se dieron en San Luis (+52%), Río Negro (+50%), y Tierra del Fuego (+26%), mientras que las mayores caídas de la matrícula fueron en La Pampa (-50%), Catamarca (-45%) y Santa Cruz (-40%).
Las provincias donde más creció la cantidad de egresados de los institutos de formación docente en los últimos 10 años son Buenos Aires (+347%), Catamarca (+310%) y Chaco (+175%). En cambio, los egresos cayeron en Tucumán (-18%), Tierra del Fuego (-14%) y Santiago del Estero (-13%).
Exceso de instituciones
“El excesivo número de instituciones formadoras de docentes es una particularidad argentina; la otra es que la mayoría de los docentes no se forman en las universidades. Los datos muestran que esta proliferación institucional, difícil de legitimar en términos de necesidades del desarrollo de la educación nacional, se mantiene y se agrava durante la última década”, analizó el especialista en sociología de la educación y profesor de la UBA, Emilio Tenti Fanfani.
“En los hechos se observa que faltan docentes en las áreas de Exactas y Naturales e Idiomas, y que hay bastantes en el área de Sociales. Esta situación hace que muchas veces sea difícil cubrir las vacantes de las primeras. Si tenemos en cuenta que todas las reformas están pensando en Matemática como una materia troncal, la falta de docentes del área es un problema grave”, señala Bruno Videla, profesor de secundaria.
En sintonía con esta cuestión, el informe advierte que no hay información pública que permita conocer con precisión las trayectorias de los estudiantes de cada cohorte. Tampoco existen datos desagregados por carrera de formación docente: contar con esa información permitiría construir mejores diagnósticos (por ejemplo, saber dónde hay vacancias) y, a partir de eso, diseñar políticas más efectivas.
Superpoblación de docentes
La reducción de la matrícula porque cada vez nacen menos chicos y la necesidad de adecuar el sistema educativo es una problemática que preocupa a las autoridades educativas locales. Ya el año pasado, la presidenta del CGE, Daniela López, alertó que “hay que tener una proyección del índice de natalidad de acá a diez años… porque bajó mucho este indicador y eso decantará en las salas de tres, cuatro y cinco años en un par de años. Tenemos que repensar esta cuestión a medida que los docentes egresen o se jubilen. Hoy ya tenemos una superpoblación de docentes en primaria y tenemos que revisar el nivel inicial para que dentro de cinco o diez años no tengamos problemas de cómo ubicar a los maestros que nos sobran en las salas”, indicó.
Por eso, fundamentó la necesidad de trabajar en el presente, pero también pensando en el futuro para que no tengamos que reacomodar las plantas docentes todos los años.
Paradoja inquietante del sistema
“El informe revela una paradoja inquietante: hoy egresan más docentes que hace una década, pero el sistema sigue siendo ineficiente y territorialmente desarticulado.
“Las trayectorias extendidas, abandono o rezago en las carreras, exige revisar con urgencia las condiciones institucionales que dificultan la terminalidad.
“Contar con datos públicos por cohorte y especialidad sería un paso indispensable para planificar con inteligencia y equidad”, afirmó Romina Busain, profesora de Matemática y Física.
Por su parte, el profesor Martín Salvetti, profesor y finalista del Global Teacher Prize, consideró que “la formación docente no puede pensarse desligada de las necesidades reales del sistema educativo. Frente al estancamiento de la matrícula y las profundas desigualdades territoriales, se requiere una planificación estatal activa, con datos públicos, financiamiento sostenido y mirada federal. Es responsabilidad del Estado nacional articular políticas que consideren la territorialidad y trabajen junto a las provincias, verdaderas responsables del sistema educativo, para garantizar una formación de calidad alineada a un proyecto nacional”.





