Con más de 32.000 hectáreas forestadas en Misiones, la empresa Pomera Maderas impulsa un programa interno de monitoreo de fauna que involucra activamente al personal de campo y contratistas en el registro, cuidado y preservación de especies nativas.
La iniciativa busca contribuir a la protección de la biodiversidad en zonas productivas, desalentando la caza furtiva y fortaleciendo una cultura de conservación ambiental.
“El programa consiste en registrar, mediante fotos, videos o planillas, la fauna que circula en los campos. Participan todas las personas que realizan tareas en el terreno. El objetivo es generar conciencia y contribuir con la conservación de especies, incluso aquellas amenazadas o en peligro de extinción”, explicó José Luis Añasco, responsable de Silvicultura y Protección de la firma, en diálogo con FM 89.3 Santa María de las Misiones.
El sistema funciona con planillas mensuales que completan los equipos de trabajo, donde se detallan especie, cantidad, lugar y estado del animal observado. Esta información se sistematiza anualmente, lo que permite mantener una base de datos sobre la circulación y presencia de fauna silvestre en los predios.
Si bien también se utilizan cámaras trampa en algunas áreas, el monitoreo está centrado en la observación cotidiana del personal, que recibe capacitaciones anuales y charlas de sensibilización.
“Cada vehículo que circula por nuestros campos tiene personas capacitadas para hacer registros. Así mantenemos un volumen importante de información”, indicó Añasco.
Y agregó: “Más allá del horario laboral, los fines de semana y feriados hay guardias activas para evitar ingresos no autorizados y prevenir actividades ilegales como la caza o pesca furtiva”.
Silvicultura
Además del monitoreo, Pomera lleva adelante tareas de silvicultura sobre reforestaciones, con especies como pino, eucalipto, grevillea, toona y paraíso. Actualmente trabajan más de 100 personas en plantación, poda, control de plagas y mantenimiento.
La empresa también posee 7.729 hectáreas destinadas exclusivamente a conservación y reservas naturales.
En cuanto al manejo de residuos forestales, no se realiza quema para habilitar terrenos: el material se chipea en el campo y se transforma en energía renovable en la planta de fresado. Todos los insumos utilizados son de banda verde y aprobados por certificaciones internacionales como FSC.
Sobre los efectos del clima, Añasco explicó que tanto las lluvias intensas como las sequías afectan el ritmo de trabajo. Sin embargo, las plantaciones están diseñadas para evitar erosión y, en días de mal tiempo, se realizan tareas de mantenimiento interno sin dejar desprotegidos los campos.
“Cualquier exceso o déficit hídrico genera complicaciones, pero tenemos planes para adaptarnos. Aún con mal clima, garantizamos la presencia de personal”, afirmó.
Por último, Añasco destacó que este tipo de iniciativas podrían replicarse en otras empresas del sector forestal. “Cada firma que está certificada con FSC tiene la obligación de hacer estos registros. Nosotros asignamos un presupuesto anual específico para capacitaciones y monitoreo”, concluyó.






