El ingreso de huevos provenientes de Brasil, Paraguay y Bolivia en forma indiscriminada de contrabando comenzó a tener consecuencias en el sector productivo de Misiones. Según afirmó el empresario, Sergio Uhrig, están apareciendo en el territorio provincial maples a bajo precio que generan una competencia desleal tanto en el mercado como en el mantenimiento de las inversiones locales.
“Estamos recibiendo en toda la provincia, prácticamente, noticias de que nuestros clientes que vienen del interior y que están muy en contacto con nosotros, de que, bueno, realmente hay controles que lamentablemente están fallando”, afirmó en FM 89.3 Santa María de las Misiones.
Según el titular de Huevo Campos, la entrada de productos de otros países deja en evidencia que están debilitados tanto el procedimiento de control de bromatología como el de Gendarmería y Prefectura.
Este fenómeno se vuelve más complejo cuando el precio de los huevos de importaciones irregulares compite en desigualdad de condiciones con el de la producción misionera.
“Hay lugares que están vendiendo un maple a 5.000 pesos, y uno dice, ¿cómo puede ser que un negocio chico esté vendiendo a 5.000 si nosotros lo estamos vendiendo a 5.000?”, planteó el dirigente.
Según explicó, el valor más bajo tiene que ver con que ese ingreso proviene de otros países, sin cumplir con las exigencias de control sanitario y sin tributar como lo hace el resto de los productos en el territorio nacional.
Además, Uhrig advirtió que el ingreso de huevos sin procedimiento de control deja sin efecto toda la inversión en sanidad, en calidad de alimentos de las gallinas y en seguimiento de procedimiento de comercialización.
“Nosotros somos los únicos que lo hacemos”, afirmó en referencia al sello que reciben los huevos, que muestran en cada unidad el número de semana de producción. Por eso, según planteó, cuando reciben productos sin identificación, están casi seguros de que proviene de otro país.
Este ingreso irregular tiene consecuencias tanto en lo económico como en lo sanitario. Por un lado, el dirigente afirmó que están en “una guerra en el sentido comercial”, debilitando así a los actores locales. Por el otro, advirtió que el procedimiento de control de cada pueblo, en el ingreso de productos, falla.
“Algo no está funcionando. No está funcionando Gendarmería como corresponde. No estaría funcionando bien, en este caso, prefecturas, si es que pasan por el río. Por ahí, evidentemente, algo no está funcionando”, reflexionó Uhrig, quien agregó que este debilitado procedimiento de ingreso deja además expuesto al consumidor.
Según el entrevistado, el huevo que entra así carece de toda trazabilidad en el manejo de alimentos destinado al consumo.
“Hay huevos que, lamento decirlo, pero que uno lo rompe, que no tiene color la yema, que lo rompe y se derrama, que no queda bien formado, que está licuado, que uno se nota que le están dando un alimento muy, muy ordinario”, explicó Sergio Uhrig.
A juicio de Uhrig, así como el procedimiento de alimentación de las gallinas en el territorio nacional es más exigente, en otros países reciben alimentos más económicos pero de poca proteína, que generan un huevo de menor calidad. Este procedimiento tiene consecuencias tanto en el tamaño como en el valor culinario.
“Eso hace a la calidad del huevo. Podés darle un alimento rico en proteína, un mejor alimento, y vas a obtener un mejor huevo. Que cuando lo rompes te queda bien armado, que cuando pones en un bizcochuelo, el bizcochuelo levanta”, afirmó el dirigente.
Por el contrario, cuando reciben alimentos de poca riqueza, el resultado es más pobre, sin fuerza en la albúmina, debilitado tanto en lo comercial como en lo sanitario.






