En 2014, el Consejo de las Naciones Unidas estableció el 19 de noviembre como el Día Internacional de la Mujer Emprendedora, con la finalidad de reconocer el talento de las mujeres que inician un negocio, visibilizar la desigualdad de género y contribuir al empoderamiento femenino.
El día fue propuesto por Wendy Diamond, emprendedora y inversionista, a fin de visibilizar los obstáculos a los que se enfrentan las emprendedoras.
Cuál es el origen del Día de la Mujer Emprendedora
Este día surgió como iniciativa de Wendy Diamond, empresaria y fundadora de la Women’s Entrepreneurship Day Organization (WEDO), quien consiguió el reconocimiento de esta jornada en el año 2014, que ya se celebra en más de un centenar de países a lo largo del mundo.
Como se explica en la propia web de WEDO, el movimiento “se fundó con la misión de concienciar a las niñas que viven en la pobreza en todo el mundo y empoderar a las mujeres de todo el planeta. Celebrando, apoyando y alentando a las emprendedoras de todo el mundo, estamos creando un mundo más equitativo para las mujeres a través del poder del emprendimiento”.
Por qué se celebra el Día de la Mujer emprendedora
El motivo por el cual se celebra esta efeméride es la necesidad de reivindicar, entre otras cosas, la necesidad del emprendimiento femenino como una herramienta social para romper con los prejuicios sociales y poner fin a la desigualdad existente en los derechos salariales de las mujeres con respecto a los hombres.
A pesar de que el Día Internacional de la Mujer Emprendedora ya lleva años celebrándose, el impacto económico de las mujeres sigue siendo inferior al de los hombres.
De acuerdo con datos del Mapa del Emprendimiento elaborado por South Summit, la brecha de género se mantiene en las economías más desarrolladas: en Europa, el 81% de los emprendedores son masculinos y en Norteamérica representan el 74%.
En cuanto a datos de inversión en Europa, y según datos de IDC European Women in VC, las startups fundadas por mujeres no recaudaron ni el 2% de la inversión: únicamente el 1,8%. El porcentaje aumenta hasta el 9,3% si hablamos de equipos con fundadores mixtos, por lo que el 89% restante corresponde a las startups con equipos fundadores formados exclusivamente por varones.
Cuatro mujeres emprendedoras de la historia
Podríamos haber escogido muchas otras, pero estas mujeres derribaron barreras en momentos históricos complicados, algunas nacidas en el siglo XIX pero otra que en pleno siglo XXI ha tenido que seguir rompiendo el techo de cristal:
Marie Curie

Marie Curie (1867-1934), cuyo nombre de nacimiento era Maria Sklodowska, sigue siendo, a día de hoy y casi un siglo después de su fallecimiento, la gran mujer referente de la ciencia, una emprendedora científica que, entre otras muchas cosas, dejó la radioterapia como uno de los elementos más destacados de su legado.
Aunque el término pionera pueda haberse utilizado muy a la ligera en ciertas ocasiones, desde luego no es el caso con esta científica de origen polaco que se afincó en Francia, superando estereotipos misóginos y xenófobos hasta llegar a convertirse en un icono científico.
Alcanzó hitos históricos como ser la primera mujer en conseguir un premio Nobel además de tratarse de la primera persona distinguida dos veces con este galardón (el de Física en 1903 y el de Química en 1911). De hecho, continúa siendo la única mujer que ha conseguido este hito, si bien la lista no es especialmente extensa.
Curie ha pasado a la posteridad como una científica con nombre propio en una carrera plagada de barreras rotas en materia de igualdad, como el hecho de haberse convertido en la primera mujer catedrática de Francia. E incluso póstumamente pasó a ser la primera mujer enterrada en el Panteón de París, lugar al que sus restos fueron trasladados en 1995.
Madam C.J. Walker

Sarah Breedlove, más conocida como Madam C.J. Walker (1867-1919), hija e incluso hermana de esclavos, fue la primera de sus hermanos en nacer en libertad.
Al igual que otras muchas mujeres de su época, sufrió la caída del cabello por las deficiencias en la dieta o los escasos hábitos de higiene, lo que le llevó a tener la idea (con 14 años) de una línea de cosméticos y productos específicos para mujeres afroamericanas.
El hecho de haber comenzado su negocio con 2 dólares y que acabase convirtiéndose en la primera mujer afroamericana millonaria de la historia es una muestra de cómo no siempre es necesario un gran capital sino una idea.
Coco Chanel

Gabrielle Chanel (1883-1971) cambió el mundo de la moda al crear una línea de ropa sencilla y cómoda que rompía con todo lo anterior.
Nacida y criada en un orfanato, en 1910 abrió su primer local en una pequeña calle de París, si bien ocho años después ya abrió su propia casa de moda en uno de los barrios más exclusivos de la capital francesa.
En los años ’20 diversificó el negocio introduciéndose en el mundo de los perfumes hasta el punto de que Chanel Nº5 es considerada la fragancia más vendida de la historia.
Considerada una visionaria en el mundo de la moda, sus diseños cambiaron para siempre el atuendo femenino, si bien es cierto que las sospechas de colaboracionismo con los nazis durante la ocupación francesa empañaron su biografía.
Whitney Wolfe Herd

Whitney Wolfe Herd nació en 1989, un siglo después que el resto de las protagonistas de este artículo, pero no por ello ha dejado de tener conquistas femeninas que conseguir para continuar rompiendo el techo de cristal.
De hecho, en 2021 se convirtió en la CEO más joven en lanzar una empresa a bolsa en su Estados Unidos natal, año en el que además se convirtió en la multimillonaria (no heredera) más joven del mundo, un dato nada desdeñable ya que apenas el 5% de estas grandes fortunas son mujeres.
Esta confundadora de Tinder y actual directora ejecutiva de Bumble también es un ejemplo de cómo superar las adversidades ya que salió de la primera compañía abruptamente tras una demanda por acoso sexual.
Esta situación le llevó a fundar Bumble con la característica de que una vez realizado el match solo la mujer puede comenzar la conversación, por lo que ella misma la considera como la primera app de citas feminista.
Fuentes: El Economista, Fundación Telefónica y Mujeres Que Transforman









