¿Qué piensan o sienten cuando hablan de “vacíos”? ¿Creen que es bueno, es triste, es desesperante?
Todo en la vida tiende al equilibrio, por lo que hay que suponer que los vacíos son necesarios ya que nos invitan a estar con nosotros. ¿Dan miedo? Sí, seguro, pero también nos hacen conocernos. Un vacío puede empezar siendo de color gris, el cual nos invita a la introspección a conectarnos con nuestro centro, con nuestro ser más profundo. Este color, también relacionado con la sabiduría, tiene las respuestas que buscamos; el problema es que muchas veces miramos hacia afuera en vez de mirar hacia adentro.
Necesitamos los vacíos para saber qué queremos y ahí empezar a llenarlos con todas las cosas que nos hacen felices, que nos ayudan a crecer o a sanar. Y ahí ese vacío gris y triste se va transformando en alegre, divertido, lleno de energía y por supuesto de muchos colores.
Los vacíos pueden ser por la pérdida de alguien, por no saber quién soy, por no amarme lo suficiente, y cometemos el error de llenarlos con cosas que nos distraen que nos alejan de la conexión que realmente necesitamos, como ser poner nuestra atención en la vida de otros, comer por demás, mirar tele más de lo normal, o incluso dormir más de lo normal.
Empecemos a observar con qué llenamos nuestros vacíos, a qué le damos más tiempo de lo que realmente lo vale.
Llena tus vacíos con cosas tuyas, solo tuyas. Haz cosas que te hagan feliz, disfruta incluso de la soledad, que cuando encuentres paz y felicidad en tu soledad, sabrás que estás llenando vacíos con vos mismo.
¡Feliz domingo !