Este jueves 3 de noviembre se celebra el Día Internacional contra la Violencia y el Acoso Escolar, una fecha que busca visibilizar y terminar con todo tipo de violencia que afecte a la población infantil a nivel mundial y que provoca terribles secuelas psicológicas.
Es por ello que desde FM 89.3 Santa María de las Misiones charlaron con el director provincial de Salud Mental, Nicolás Aranda, quien considero esta jornada como una fecha clave para reflexionar sobre la temática.
“Podemos pensar que buena parte de los sufrimientos psíquicos y mentales están vinculados a consecuencia de haber sufrido violencia de algún tipo, y dentro de eso entra todo lo que tiene que ver con la violencia escolar“, señaló.
Al respecto, destacó que el acoso escolar es una cuestión que viene ocurriendo desde hace mucho tiempo, pero “que se va reconfigurando con el uso de las nuevas tecnologías y que tiene que invitarnos a reflexionar también para que otra cuestión, que no sea solamente académica, sirve la escuela“, en el sentido de brindar contención y prevención ante casos de Bullying.
Para Aranda, una de las herramientas calves para poder luchar contra estas situaciones que viven los chicos en las escuelas u otros ámbitos similares, podría pasar por un tratamiento más grupal que individual.
“Yo pensaría por un lado la grupalidad, porque todo curso es un grupo, más allá de los pequeños grupos que hay de amigos y demás. Toda esa aula es un grupo en donde se debe apostar a que ellos (los compañeros) puedan verse como semejantes, en el sentido de ver que el otro es también alguien que puede estar sufriendo, y que lo vayamos construyendo en el dialogo entre los mismos chicos“, consideró.
“Hay que ser un poco táctico y darles la palabra, que entre ellos se puedan ver y generar pautas de convivencia, porque nadie va a poder estar todo el tiempo vigilando en un teléfono o una red social, ni tampoco un docente puede estar todo el tiempo encima como si su tarea sea la vigilancia, sino justamente es tratar de enseñar y brindarle conocimiento a las juventudes”, agregó.
En el mismo sentido, destacó la importancia de apostar por la “educación emocional” como una posibilidad para que los jóvenes puedan manifestar lo que les pasa. “El poder hablar, la puesta en palabras, es un proceso distinto al de tipear un teléfono, distinto del publicar algo o subir una historia en las redes, en donde se nos brinda una pausa para poder mirar con perspectiva y ver también cómo me siento afectado con lo que está pasando y que entidad darle a lo que está sucediendo“.
“Son todas herramientas claves, la posibilidad de generar una pausa, de poder acceder a un corte con los dispositivos, y más cuando se producen estas situaciones de violencia a través de dispositivos digitales y redes sociales. Es importante poder generar esta distancia, porque hoy en día para los nativos digitales los dispositivos se han vuelto una prolongación de sus cuerpos, pero que sepan que no se vuelva una prolongación de la propia identidad, y que uno existe más allá de lo que está pasando en el dispositivo”
Aun así, para el especialista lo fundamental a la hora de tratar estos temas es la confianza que se pueda generar entre los chicos y sus vínculos afectivos, en particular con la propia familia, para que así pueda abrirse y expresar por lo que está atravesando. “El punto es ver que acuerdos hay dentro de la familia, cómo se construye la confianza, y poder justamente ir encontrando el ritmo propio de cada familia siendo siempre respetoso de la privacidad. Encontrar formas de control que no signifiquen tampoco en una intrusión en la vida del adolescente o del niño“.
Por último, llamó a los padres a prestar atención a los comportamientos de sus hijos, ya que hay señales que podrían indicar que está sufriendo acoso escolar. “Estar atentos sobre todo cuando se nota un cambio en la conducta, o cuando menciona que no quiere ir a la escuela, ver que está pasando, porque no quiere ir, y siempre trabajar en abrir la jugada, que el niño, en la medida que pueda, pueda contar lo que le está sucediendo“, cerró.
