En lo que va del año, “hemos relevado 164 femicidios en el país”, dijo a FM 89.3 Santa María de las Misiones la responsable del área de comunicación de la Asociación Civil Casa del Encuentro, Alejandra Benaglia.
De este número, 155 femicidios fue a mujeres y niñas y 9 fueron transfemicidios. Como consecuencia de los crímenes, 175 niñas y niños se quedaron sin madre. “Es una cifra alarmante y que se viene sosteniendo a lo largo de los años”, destacó.
Resultados alarmantes
Según el informe del Observatorio de Femicidios en Argentina que coordina la Casa del Encuentro, de los 164 casos registrados, 98 mujeres fueron asesinadas por su pareja o ex. 19 fueron víctimas de algún conocido o vecino y 14 femicidios fueron hechos por un familiar.
En cuanto al lugar del hecho, el informe resaltó que en 101 casos, los femicidios ocurrieron dentro de la vivienda de la víctima. Según el Observatorio, como consecuencia directa de los femicidios, 175 hijas e hijos quedaron sin madre, y el 63% de ellos son menores de edad, mientras que 6 de las mujeres asesinadas estaban embarazadas al momento del femicidio.
En lo que refiere al rango etario, 121 tenían entre 19 y 50 años; mientras que en 16 casos eran menores de 18 años; 13 tenían entre 51 y 65 años y 11 superaban los 66 años. Por otro lado, dentro de los casos registrados por la Casa del Encuentro, en 21 oportunidades las víctimas habían realizado una denuncia previa contra su agresor, de los cuales diez tenían dictada una medida cautelar de prevención en su contra.
El informe también detalló que en 21 oportunidades los femicidas se suicidaron, mientras que en 17 casos los asesinos eran miembros o exmiembros de una fuerza de seguridad. Teniendo en cuenta la modalidad del hecho, 51 víctimas fueron baleadas, 28 apuñaladas, 25 golpeadas y 13 incineradas, donde en 12 oportunidades se pudo advertir indicios de abuso sexual sobre la víctima.
Violencia transversal
Según Benaglia, el tipo de violencia que se ejerce depende en gran parte del contexto socioeconómico de la víctima y victimario. Así, “en las clases medias y altas se da mucho la violencia económica, que es un tipo de violencia que en las clases más vulnerables no se da tanto”.
No obstante, remarcó que “la violencia igualmente es algo transversal que afecta a todos los sectores sociales de una u otra manera y los femicidios también”.
Es necesario un cambio cultural
Benaglia consideró que, aunque hay mucho por hacer, “se está tomando más conciencia”. En este punto destacó el rol de los comunicadores a la hora de visibilizar situaciones de violencia.
“Tenemos una gran responsabilidad a la hora de construir sentidos y lograr un cambio cultural porque más allá de las políticas públicas que reclamamos, hay un cambio estructural que tiene que ocurrir en la sociedad y que lentamente está pasando”.