Profundo pesar se vive por estas horas en el ambiente artístico por el fallecimiento del cantante Hugo Félix “Gordo” Pineda, dueño de una privilegiada voz que alegró las inolvidables noches de carnaval y eventos sociales en distintos escenarios de la provincia.
El artista nació en 1952 en Mendoza, pero fue en la tierra colorada, entre los años 1970 y 1990, donde su talento y pasión por la música lo llevó a integrar recordadas bandas como Los Truenos, Jalea de Frutilla y Panchito y La Montecarlo Soul, entre otros, en los cuales interpretó, temas propios y grandes éxitos de la época.
En una oportunidad, Pineda junto a Raúl Segovia, “Papi” Peralta, Milo Duarte y Carlos Bonorino participaron de una kermés que se realizó en la parroquia Sagrada Familia ubicada en la intersección de Salta y Sáenz Peña. Entonces el sacerdote preguntó a los jóvenes como se llamaba el grupo y, como aún no tenían nombre y justo en ese momento el cielo estaba un poco inestable, el religioso dijo: “Bueno, se van a llamar ‘Los Truenos’”, y así surgió el nombre de la recordada banda de rock posadeño.
Tras pasar por Jalea de Frutilla y Constelación 71, en 1992 se convirtió en una de las voces del mítico conjunto “Panchito y la Montecarlo Soul”. El referente de La Montecarlo, Rubén Dartois, comentó a PRIMERA EDICIÓN, que “fue un placer haber compartido escenario con Hugo, lo sentía como un hermano, a pesar de la diferencia de edad entre nosotros. Era un tipo con la mejor onda, nunca una mala cara y siempre atento y respetuoso. A pesar de compartir las canciones con otros cantantes, nunca había celos, siempre deslumbrada por su timbre de voz y tenía un imán especial con mi papá (Panchito) en el escenario, siempre se divertían. Siento una gran congoja por su pérdida y también la de Carlitos Bonorino quien falleció el año pasado”.
En este sentido, Dartois sugirió que “alguna autoridad de Cultura pueda hacerles un homenaje a estos grandes artistas que nos dejaron y que han hecho mucho durante su carrera artística”.
Por su parte, el músico “Coco” Recalde, con quien Pineda formó un dúo, recordó algunas giras donde, en ciertas oportunidades cuando terminaban de tocar en los casinos “venía el mozo con la cena, entonces el ‘Gordo’ le decía ‘¿puede ser con un tomate partido al medio? Él siempre pedía eso, y después en los hoteles me despertaba a las 7.30 para desayunar, después de habernos acostado a las 6 de la mañana”, contó.
Así también, si por alguna circunstancia no podían reunirse para ensayar, lo hacían por teléfono, “donde sacaba las notas y le preparaba las pistas para el show, después nos juntábamos en el escenario y largábamos”, relató.
Su otro compañero de ruta, el músico “Charly” Godoy, conoció a Pineda en el año 1987 cuando éste tocaba en el boliche Peiper, donde “me pidió para cantar temas de Lito Nebbia, pues era su admirador, la voz y la tonalidad eran muy similares”, aclaró.
Luego, ambos integrarían el legendario grupo “Panchito y la Montecarlo Soul”, donde en cada actuación vio sobre el escenario a un buen colega y excelente profesional, aunque “no tocaba ningún instrumento musical, te clavaba la nota en un tono preciso, eso también fue una virtud y una cualidad; fue una persona que no manejaba un instrumento, pero podía entonar y saber perfectamente qué tono necesitaba”, expresó.
Agregó que quedaron muchos proyectos por realizar entre ambos y que por ahora solamente existen “buenos recuerdos y un vacío inmenso”, describió.
Asimismo “Charly” recordó a otro reconocido integrante de la Montecarlo Soul, que fue el baterista Carlos Bonorino, quien falleció el año pasado.