Hay lecturas que aparecen en las redes que contienen sabias palabras, realmente desconozco el autor de este poema con un título tan desconcertante para un año como éste, pero al ir entrando en la lectura no pude evitar emocionarme, y sentir un ardor en los ojos porque las lágrimas hacen fuerza para salir.
Un año distinto, terrible, para muchos para olvidar, otros para recordar, otros para aprender. Quién tiene la razón y quién no, creo que todos la tienen y estoy convencida que la procesión va por dentro.
Cada uno debe elaborar su propio resumen, sacar sus conclusiones y hacer un balance.
Pero eso que ponemos en la balanza también tiene que pasar por un análisis exhaustivo de probabilidades, porque todo ocurre por algo, o del algo renace otra cosa y de otra cosa nuevos horizontes y nuevas esperanzas.
El mundo sigue girando y seguimos inmersos en él, luchando y sobreviviendo, sufriendo y disfrutando, muriendo y viviendo.
Tal vez ustedes digan que lo correcto sería decir viviendo y muriendo, pero muchas veces es sólo cuestión de actitud, de ponerle el pecho a la vida con sus pro y sus contras, levantar nuestra armadura y atropellar el futuro para finalmente salir airosos de la batalla.
Busca en tu vida tus propias armas para combatir, una familia unida, el amor, la amistad y no dejes para después eso que quieres hacer hoy, yo por ejemplo elijo pintar, y de ese modo brindarme al mundo como puedo y desde mi lugar.
Cuando pinto siento que estoy viva, te invito a que vos también descubras tu pasión, porque hay que alimentar el alma y el espíritu para fortalecernos.
Les dejo el poema transcripto y al que lo escribió le dejo mi admiración ante tan acertadas palabras.
Este ha sido un gran año
En el año de la muerte, estoy viva.
En el año de la enfermedad, estoy sana.
En el año de la escasez, he sido bendecida con pan en mi mesa.
En el año de la caída, estoy de pie.
En el año del temor, estoy confiada.
En el año de los desastres, estoy segura.
Este ha sido un gran año.
Tengo un GRAN DIOS.
Cuando todo el mundo parece ir a la deriva, nuestra barca sigue aun su camino y no se ha hundido, y no ha sido por nuestras fuerzas, sino solamente por su gracia.
Gracias a Dios porque en este gran año sigo acá, de pie, con salud, con mi familia, con amigos y con toda la fe en que saldremos adelante, más fortalecidos.