Mario Juliano tiene 60 años, es juez penal de la ciudad de Necochea hace 18 y padre de seis hijos. Luz tiene 31 y es su hija mayor. Es madre, abogada, consume marihuana desde hace 10 años y forma parte de la Asociación Cannábica de Necochea, desde la cual lucha por la despenalización. Una situación, al menos, paradojal. En el medio, la legislación: el segundo párrafo del artículo 14 de la ley 23.737, sancionada en 1989 y que se encuentra vigente en la actualidad, establece que “la pena será de un mes a dos años de prisión cuando, por su escasa cantidad y demás circunstancias, surgiere inequívocamente que la tenencia es para uso personal”. Habla del cannabis. Sin embargo, Mario eligió pararse en otra vereda: la de la comprensión. Lejos de criminalizar la actividad de su hija, la apoya y se define a sí mismo como un “militante” de la despenalización de estupefacientes. Visitó Misiones y charló con PRIMERA EDICIÓN. Hasta hace un par de semanas, Juliano era conocido casi exclusivamente en el ámbito jurídico, hasta que su nombre salió a la luz. Una publicación en la revista Cosecha Roja lo convirtió en una persona más pública que de costumbre. En ella, de puño y letra, afirmaba que “una de mis hijas mayor de edad (tengo seis hijos que van desde los 31 a los 4 años), es cultivadora y consumidora de cannabis. En otras épocas, quizá no tan remotas, esta circunstancia hubiese concitado la preocupación familiar, el temor a ver ‘a nuestros hijos’ sumidos en el vicio, frustrando su juventud. Hubiésemos consultado a ‘especialistas’ y, si mal no venía, la hubiésemos obligado a realizar un tratamiento (internación incluida) para encarrilar su vida. Sin embargo estoy orgulloso de mi hija y de su opción de vida, y tengo la certeza que difícilmente se verá involucrada en situaciones riesgosas relacionadas con las drogas”.“No calculamos la enorme repercusión nacional que iba a tener”, reconoció a este Diario, pero remarcó que “nos hacemos absolutamente cargo y nos pone muy felices”. El plural es porque Luz también escribió un mensaje sobre el tema, publicado al mismo tiempo que el de su papá. “Por un lado porque creemos que de este modo hemos hecho un pequeño aporte al necesario debate en el tema cannabis y cannabis medicinal, al igual que en otros temas centrales y álgidos de la sociedad argentina que necesitan de una amplia deliberación y que no tiene que quedar reducido a las élites gobernantes. El pueblo tiene que deliberar y tomar decisiones”, consideró Juliano. “Por otro lado el propósito de esta nota fue porque cuando los padres se enteran o descubren que sus hijos consumen algún tipo de sustancia, se generan situaciones muy ríspidas, álgidas, que a veces suelen colocar a los chicos en peores situaciones en las que se encontraban por la falta de diálogo y comprensión. Se generan rupturas y distanciamientos. Yo creo que lo que nosotros pretendemos hacer es un modo de naturalizar algo que está en la vida”.Juliano aclaró “simplemente como un dato biográfico” que no es consumidor, pero “no lo pongo ni como un mérito, ni como algo bueno ni algo malo”. Aseguró que siempre tuvo una relación amplia de mucho respeto con sus hijos y que cuando se enteró que Luz consumía, ella ya era mayor de edad. “Yo estoy absolutamente tranquilo porque la veo como una persona responsable, con salud, que trabaja todos los días, que cria a su hijo… como de hecho ocurre con tantísimas personas que a veces ignoramos que pueden ser consumidores de sustancias y viven en sociedad tranquilamente”. Con respecto a ésto, destacó que “lo que nos preocupa y nos debe preocupar son los consumos problemáticos, aquellos en los cuales las personas ponen en riesgo su vida, su seguridad y eventualmente la vida y la seguridad de terceras personas”. Estas sustancias pueden ir desde el alcohol, una sustancia legal, hasta el cannabis. “Yo no conozco ningún caso de muerte por sobredosis de cannabis, de marihuana”.De acuerdo a las estadísticas, los consumos problemáticos afectan a un 10% del total de las personas que consumen. “El 90% restante son personas que viven en sociedad, trabajan, son artistas, estudiantes, padres, madres, tíos, sobrinos y conviven perfectamente sin ningún tipo de conflicto. Aquí es el ámbito de la autonomía de la voluntad. Acá los magistrados no tenemos nada que hacer, acá volvemos a Bazterrica, el famoso fallo del año 86 de la Corte de la democracia recuperada, que nos dijo en tanto y en cuanto la actividad humana no implique una lesión a terceras personas esto está exento de la autoridad de los magistrados”.El fallo BazterricaGustavo Bazterrica, guitarrista, inició su carrera en los 70 junto a Raúl Porchetto y luego pasó por bandas como La Máquina de Hacer Pájaros de Charly García, entre otros. Bazterrica fue encontrado con 3,6 gramos de marihuana y 0,06 gramos de clorhidrato de cocaína, lo que le costó la pena de un año de prisión en suspenso, 200 pesos de multa y costas, por considerarlo autor del delito de tenencia de estupefacientes. Esta sentencia llegó a la Corte Suprema de Justicia que en el 86 declaró inconstitucional la penalización de la tenencia de drogas para uso personal porque entendió que está interfiriendo en la zona de reserva que la Constitución Nacional reconoce a cada persona en el artículo 19, resguardando las libertades individuales de cada uno excluyendo toda autoridad de los órganos estatales. En 1989, tres años después, el Congreso de la Nación sancionó la Ley 23.737 “en contra de lo que había dicho la Corte, penalizando el consumo y también el cultivo, en el caso de cannabis, ya sea con fines recreativos o fines medicinales”, señaló Juliano y consideró que “estamos ante una notoria contradicción porque la mayoría de los jueces -no todos- cada vez que llegan estas causas de tenencia para consumo personal decimos que esto no tiene nada que hacer en los tribunales. Esto implica un dispendio y dilapidar recursos públicos, generar causas menores sin ningún tipo de trascendencia, que lo único que hacen es ocasionarle molestias a los ciudadanos que no han ocasionado ningún perjuicio a ninguna persona. Esto también implica una cultura por parte de nuestras fuerzas de seguridad, que supongo que aquí en Misiones ocurrirá lo mismo que en el resto del país, fuerzas focalizadas a la persecución de determinadas clases de ciudadanos, pibes jóvenes a quienes habitualmente se les secuestra uno o dos cigarrillos de marihuana y se le forman causas. Esto es dilapidar los recursos públicos, distraer la atención de las cosas realmente importantes”.¿Perjudicial?Muchas personas piensan y manifiestan que el consumo de marihuana puede afectar la salud de quienes lo consumen. “En realidad, cualquier tipo de sustancia de las que consumimos, si uno las consume en forma indebida, puede producir algún tipo de prejuicio en la salud”, consideró.&
amp;nbsp;Indicó que, de acuerdo a los estudios que ha podido realizar, “no descarto que hay algunas situaciones de contraindicación y de consumo abusivo como cualquier tipo de consumo abusivo que pueda acarrear algún tipo de inconvenientes. Contraindicaciones en el caso de mujeres embarazadas o de personas que sufren algún tipo de afección psicológica, donde le puede causar algún efecto adverso. Pero luego, muy claramente tengo entendido que el cannabis es mucho menos perjudicial que tabaco y ni hablar con respecto al alcohol, así que creo que lo importante es realmente que la ciudadanía se informe”.En ese sentido, Juliano se definió como un “militante por las libertades”, porque “estoy militando por la libertad, por sociedades responsables, dueñas de su propios actos… y esto forma parte de esa lucha que es la misma lucha por tener establecimientos penitenciarios en condiciones, por tener procesos más ágiles, procesos penales que realmente brinden respuestas a la sociedad, esto es un poco la lucha en la que estamos”.Este juez de Necochea consideró que la ciudadanía argentina está más que lista para esta discusión. “Está preparada. Pero no debemos pretender unanimidad que es lo que a veces nos confunde, porque en una sociedad democrática y pluralista siempre va a haber voces diversas. Voces que se oponen, en buena hora. Es necesario un debate que nos quite los prejuicios”. Para argumentar su convencimiento dio dos ejemplos claros: “Yo recuerdo lo que fue el debate en los años 80 con la ley de divorcio. Se amenazaba que si se sancionaba el divorcio se iba a disolver la sociedad. Se sancionó, se divorciaron los que tenían que divorciarse, se siguieron casando y no ocurrió nada. Se actuó de forma adulta. Lo propio podríamos decir de la ley de matrimonio igualitario. Así que estoy seguro que la sociedad argentina está a la altura de la circunstancias. Lo que me parece que no está a la altura de las circunstancias a veces es nuestra clase política que subestima esta madurez del pueblo argentino”.Una visión diferenteMario Juliano es juez e integra un Tribunal Criminal de la ciudad de Necochea. Es fundador de la Asociación Pensamiento Penal y, en la actualidad, se desempeña como director ejecutivo. Es crítico sobre su ámbito de trabajo y desde su rol, intenta modificar ciertos modos. “Yo creo en esta nueva idea del poder judicial. El poder judicial entendido como uno de los poderes políticos de la república, no como partidario, sino como actores sociales”. Consideró que “cada vez que los jueces damos una sentencia estamos hablando del modelo social en el que queremos vivir. Si nosotros condenamos o absolvemos a una persona por tenencia de una sustancia o estupefaciente para consumo personal estamos decidiendo el modelo de sociedad”. Entonces, Juliano participa “de esta corriente de pensamiento de jueces que nos involucramos por la realidad, que damos nuestros puntos de vista. Creo que esto hace a la transparencia del poder judicial y a la necesidad de tender este puente que tiene que existir entre la sociedad y el poder judicial porque ciertamente hay abismos que nos separan y creo que los principales responsables somos los integrantes del poder judicial, de no hacernos entender, de no prestarnos al diálogo y cuando sí dialogamos lo hacemos en un lenguaje que nadie entiende. Reconocernos como actores sociales, que tenemos una responsabilidad y como seres humanos obviamente que nos equivocamos”. Sobre si es una tarea difícil destacó que “se van abriendo caminos. Esto era mucho más dificultoso hace diez años atrás. El poder judicial es el poder más conservador de la república, esto ciertamente es así. Los abogados hemos sido preparados para la defensa del status quo, para la defensa del orden legal, no para cuestionarlo. Pero, de todos modos, a mí me satisface la idea de un poder judicial pluralista donde convivan distintas corrientes de opinión. Me parece que lo peor para una democracia sería que fuéramos todos uniformados y todos iguales”.
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