El autor de la serie de notas que voy a presentarles -Joaquín Quintana- es posadeño; aquí cursó sus estudios primarios y secundarios y, más tarde, en Córdoba obtuvo el título universitario de Profesor en Filosofía y Ciencias Sagradas. Paralelamente, realizó estudios eclesiásticos.A partir de entonces, se alejó de la tierra colorada para desempeñar su ministerio. Destinado como misionero religioso a una lejana aldea, vivió dos años (1999 al 2001) con nativos de la etnia Lopka.Esa experiencia, poco común, muy rica espiritualmente, la cuenta en “Mi paso por Benín”, libro aún inédito.Brindamos con exclusividad y con autorización del autor algunos fragmentos que ilustran costumbres y modos de vida totalmente desconocidos.Dice Joaquín Quintana:“Benín es un país africano que se encuentra al norte del continente.Es un país pequeño, que tiene aproximadamente cinco millones de habitantes y su lengua oficial es el francés, debido a que fue colonia francesa. Pero como el índice de analfabetismo es muy elevado, pocos son los que hablan francés, lengua aprendida en las escuelas, sólo quienes tuvieron la oportunidad de concurrir. La mayoría se comunica en su propia lengua o dialecto. El país cuenta con más de 120 lenguas autóctonas.Antes de partir a tierras africanas, tuve que aprender francés, ciertamente, pero estando allá y viendo la realidad, me di cuenta de que si realmente quería entrar al corazón de la gente, tenía que aprender una de las tantas lenguas”.Para ello, consideró que la única forma era viviendo no en la parroquia, sino con los nativos. Pidió permiso a sus superiores, a quienes en un principio no les agradó la idea, pero accedieron, sin dudas pensando que no soportaría ese estilo de vida:“Fue lo mejor que pude haber hecho, a pesar de que al principio tuve algunos inconvenientes. No fue del agrado de mis superiores, no era habitual que se viviera día y noche en una aldea.Pero, por suerte, ante mi insistencia me dejaron partir, creo que no hicieron tanto jaleo pensando que no duraría más de una noche viviendo en una aldea: durmiendo en una choza sin luz, sin agua y con todo selva alrededor como cuarto de baño. Sobre todo, comiendo lo que comía la gente”.Como es de imaginar, en su equipaje llevó todo lo que consideró necesario: linterna, muchos libros para la enseñanza, antimosquitos, pasta dental, papel higiénico, entre otras cosas. Que duraron muy poco.“Cuando se me acabaron las pilas y no tenía un almacén cerca para reponerlas, aprendí de la gente como mantener el fuego encendido hasta ir a dormir y a ver a la luna grande (en cielo africano más grande y brillante aún) como la lumbre que siempre está y no necesita de pilas ni baterías”.“¿Qué pasó con los libros? y, a falta de butacas, y patas de mesas improvisadas… bien saben los libros gruesos y de tapas duras y amplias, que acarreé desde Argentina en una gran valija.El antimosquito, eran más de diez aerosoles creo, los que llevé. Pues, cuando se me acabaron aprendí a valorar y juntar el excremento seco de algunos animales. Una buena humareda ya bastaba para tener a racha a los mosquitos y la noche en paz (con fragancia particular, pero en fin tampoco pretendamos todo).Pasta dental, por supuesto que cuando se me acabó, no es que no me lavé más los dientes, sino que aprendí a masticar pequeñas ramas de un árbol (no me acuerdo el nombre ahora), que te dejan limpio como el marfil de la sonrisa africana y el jugo que desprende sabe a la menta más rica y fresca que cualquier pasta dental de los supermercados de países desarrollados.Bueno, perdón si ofendo, pero es la verdad. Que cuando ya no me quedaba papel higiénico, también aprendí a reconocer cual era el árbol de las hojas suaves, que eran para esos menesteres. Ya me entienden. Y a diferenciar bien de las ortigas, por sobre todo”.En esa zona sólo hay dos estaciones: la de las grandes lluvias y la seca. El agua es el mayor bien y hay que cuidarla, más aún porque las temperaturas ascienden a 35 y 40 grados.Pues bien, Joaquín relata que todos los días, frente a su choza, encontraba un cubo de agua. Este vital líquido lo traen las mujeres que cargan un cántaro sobre sus cabezas y caminan kilómetros para llenarlo. Quiso hacerlo él, por respeto a ellas, pero al intentar caminar con el cántaro lleno, lo único que logró fue que se derramara todo el agua. Sabiamente, el jefe de la aldea le explicó que ese… era un trabajo de mujeres.Conversar con Joaquín, que visitó a sus padres a fines del año pasado, es realmente aleccionador. Porque además, sabe narrar y describir lugares y transmitir los sentimientos que lo embargaron entonces. Habíamos mantenido comunicación telefónica varias veces -ahora vive en Hungría, dejó los hábitos y es profesor en un colegio privado-; de esa única entrevista personal surgió la idea de publicar el libro mediante algún sponsor y, si la Dirección del diario tenía interés, publicar una serie de notas que continuarán el próximo jueves. CaracterísticasEl país, hasta el año 1960, ha sido colonia francesa. Anteriormente tenía el nombre de Dahomey. Es sabido que este fue un país de esclavos, que eran llevados desde el puerto de Ouidah hasta el continente americano. Luego de una dictadura, Benín llega a un sistema más o menos democrático en 1995. Su población es de 5 millones de habitantes. El país es muy pequeño, visto en el contexto del continente. Son muchas las etnias que componen la población. La capital es Porto Novo, con unos 200.000 habitantes y aunque el idioma oficial es el francés, los que verdaderamente se hablan son el Fon, Yoruba, lokpa entre otras etnias. Un 65% de la población es animista, un 20 católica y un 15% musulmana. La unidad monetaria es CFC de los países francófonos de la zona. Casi un 20% de la población padece sida.Es muy tropical: mucho verde, coloridos, ríos, vegetación densa, muchas plantas de banana y palmares. Llueve 1.200 milímetros al año, lo que no es mucho, pero hay un alto grado de humedad, una alta temperatura y un terreno muy favorable para algunas frutas y verduras. El mamón es muy bueno, también la iname o name.Dentro de los recursos económicos podemos mencionar el aceite de palmera, algodón, café, madera y algo de petróleo. El principal puerto es Cotonou, y el analfabetismo alcanza al 70%.La ciudad está muy descuidada, con un puerto de mar que moviliza todas las mercaderías. El paulatino agotamiento d
el petróleo ha hecho que el puerto, la ciudad y el país hayan ido perdiendo vida e interés comercial. Pues así son las cosas, tanto tienes, tanto vales.Benín comparte con Níger y Burkina Faso el parque nacional que está en la frontera de los tres países, se llama W, por la forma que toma el río Niger, que lo atraviesa formando exactamente esa letra.




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