CÓRDOBA (Medios digitales). El drama visitó esta vez la localidad de Monte Maíz, unos 290 kilómetro al sudeste de Córdoba, donde un jornalero de 25 años confesó haber matado a su hijito de dos años y medio, tras lo cual fue detenido y quedó a disposición de la Justicia bellvillense, jurisdicción a la que pertenece la ciudad donde ocurrió el filicidio.Se trata de Diego Sebastián Vilches, quien manifestó haber ultimado al niño durante “un ataque de furia” provocado, presumiblemente, por desavenencias que venía teniendo con su mujer y madre de la víctima, con quien hacía siete años que convivía en una casa de la calle Rubén Lenardón sin número de la mencionada localidad, según indicó el comisario mayor Claudio Jiménez, a cargo de la Departamental Unión de la Policía de Córdoba.La madre del pequeño asesinado fue identificada como Mariana Maidana, quien el viernes por la noche aparentemente salió de la vivienda hacia un baile cuartetero en la ciudad de Bell Ville y no regresó. Esto, según trascendió, habría provocado el “ataque de furia” de Vilches, quien optó por la peor decisión y acabó con la vida del hijo de ambos.Según el comisario Jiménez, Vilches y Maidana mantenían “una desavenencia de tipo conyugal” desde hacía un tiempo. El funcionario policial agregó, incluso, que la familia del filicida notaba “que el presunto homicida había caído en un pozo depresivo” por los problemas que tenía con su pareja desde hacía un buen tiempo.“Maté al chico”Siempre de acuerdo con el relato policial, Vilches habría degollado a su hijo con una cuchilla en una habitación de la casa y luego habría dejado el cadáver sobre la cama matrimonial, en el final de un horroroso crimen.En la mañana del sábado, el tío de Vilches, Justino Arce, fue a buscarlo a la casa para ir a trabajar, como lo hacía habitualmente, en diferentes changas de albañilería y otras, pero esta vez su sobrino no estaba bien: lo encontró llorando, casi sin poder hablar.Cuando el joven logró recuperar el habla, lanzó toda su verdad. “Maté al chico, ¡lo maté!”, fue la confesión en medio de las lágrimas del jornalero, quien aparentemente sufría un profundo shock nervioso.Ante las declaraciones de Vilches, los abuelos del pequeño y demás familiares ingresaron a la vivienda y comprobaron que, efectivamente, el niño había sido degollado y estaba acostado sobre un charco de sangre en la cama de la habitación matrimonial.Al poco tiempo llegó la madre del pequeño, que sufrió una descompensación nerviosa y, más tarde, las autoridades, que detuvieron al presunto autor del horrendo crimen.





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