LIMA, Perú (Diarios Digitales). La selva del Cusco, en el suroriente peruano, sigue siendo escenario de las atrocidades y matanzas de Sendero Luminoso. Esta vez, en una nueva emboscada a las fuerzas del orden, asesinó a dos policías y un soldado. Una mina explosiva escondida en la vegetación que estalló al paso de la patrulla y luego el fuego cruzado de francotiradores desencadenaron la tragedia. Desde que militantes de Sendero Luminoso, el pasado 9 de abril, secuestraron a 36 trabajadores de empresas que transportan el gas de la selva a la costa, se han producido diez muertes en filas de militares y policías.Otros dos policías están desaparecidos y más de una decena de efectivos se recupera en hospitales, tras ser emboscados por subversivos que conocen el terreno amazónico como la palma de su mano. Los terroristas del nuevo Sendero Luminoso están en ese territorio, en los valles del Huallaga, en la selva central y en la confluencia de los ríos Ene y Apurímac. Los gobiernos que se sucedieron en Perú no presentaron batalla a los remanentes terroristas y acaso sin quererlo, complacidos por la detención de Abimael Guzmán, dejaron que Sendero Luminoso volviera a levantar cabeza.





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