POSADAS. Al mejor estilo de un filme hollywoodense de far west, de aquel lejano oeste norteamericano donde imperaba la ley del más fuerte, sin reglas ni códigos, con protagonistas que tampoco se esmeraban mucho en respetarlas, intentaron copar la comisaría seccional Octava durante la madrugada de ayer.Reflejo indeleble de un accionar bárbaro, salvaje y reprochable desde los cuatro puntos cardinales, tres policías resultaron acuchillados en medio de una contienda cuerpo a cuerpo en la que lograron mantener el orden y controlar la situación.Entre quince y veinte vándalos intentaron rescatar de esa dependencia policial a cuatro “amigos” que habían sido detenidos minutos antes, por protagonizar un episodio igualmente vergonzoso en la vía públicaLa comisaría Octava se encuentra a un costado del Polideportivo de Posadas, en el corazón del barrio San Jorge.Eran poco más de las 5 de ayer cuando los cuatro jóvenes fueron alojados en esa seccional. Minutos después se hicieron presentes unos quince muchachos exigiendo la inmediata liberación de sus “amigos”.Obviamente, en la guardia les respondieron que no era posible. Incluso, aclararon que aún no habían dado intervención en el hecho al juez de turno.Los iracundos se retiraron pero volvieron a los pocos minutos, esta vez en mayor número y armados con piedras, palos y hasta cuchillos.Insistieron en el pedido y obtuvieron idéntica respuesta. Allí, en ese momento, sin mediar mayores palabras, atacaron a los cinco policías que custodiaban la guardia.Fue una verdadera batalla campal en un terreno de cuatro por cuatro, iniciada por vándalos que fácilmente triplicaban en número a los efectivos policiales.Estos, valerosos, resistieron la ofensiva y pese a que terminaron muy lastimados, lograron mantener la situación bajo control.En medio de la feroz batahola, una patrulla llegó a la comisaría con un detenido de otro procedimiento.El conductor pidió apoyo casi en forma desesperada y bajó al sospechoso, dejándolo bajo llaves en una oficina.De inmediato fue en ayuda de sus camaradas. Terminó con una lesión cortante que le demandará unos veinte días de curaciones.A los pocos minutos acudieron patrulleros de las comisarías más cercanas y del Comando Radioeléctrico. Los revoltosos se dispersaron y los uniformados fueron en su búsqueda.Cuatro de ellos fueron alcanzados, reducidos y esposados, puestos a disposición de la Justicia que ya tomó cartas en el asunto. AntecedentesCuatro vándalos fueron detenidos ayer en medio de los gravísimos incidentes registrados en la comisaría seccional Octava.Mientras, se procura la identificación, localización y detención de los otros quince aproximadamente que lograron darse a la fuga ante la llegada del refuerzo policial.El cuarteto arrestado fue puesto a disposición del Juzgado de Instrucción 6 de Posadas, a cargo del magistrado Ricardo Balor.Se trata de Fabián (18); Enrique (22); Cristian (18) y José (22), domiciliados en el barrio San Jorge, no muy lejos de la dependencia atacada. Todos, con excepción del último, que se negó al examen, dieron positivo en la prueba de alcoholemia.Desde la Unidad Regional X se informó que los cuatro poseen una larga lista de antecedentes policiales por delitos de distinta naturaleza.Al menos dos tienen domicilio en Villa Cariño, un asentamiento que conforma la jurisdicción del barrio San Jorge. El parte médico indica que están fuera de peligro“Los tres policías que resultaron con lesiones de arma blanca están fuera de peligro”, consignó ayer a este diario el comisario mayor Emilio Galarza, jefe de la Unidad Regional X.A esa jurisdicción pertenece la comisaría seccional Octava, donde se desataron los graves y lamentables incidentes de ayer.El cabo Oscar Dejarano resultó con una herida punzo cortante en un brazo, al parecer efectuada con un destornillador. Además, sufrió excoriaciones, hematomas y el uniforme destrozado.El cabo Mario Benítez, en tanto, presentaba un corte e innumerables lesiones en distintas partes del cuerpo debido a las piedrazos y cascotazos que recibió.Finalmente, el agente Ramón Vera padeció una lesión cortante en el brazo izquierdo producida con arma blanca.También excoriaciones en distintos sectores como consecuencia de la lucha cuerpo a cuerpo con los revoltosos.Por fortuna, los tres no corren riesgo de complicaciones, concluyó el comisario. Posadas se transformó por horas en la ciudad de la furia La reyerta en la comisaría del barrio San Jorge estuvo precedida por un incidente en inmediaciones de las avenidas Quaranta y Santa Catalina, a la salida de una reconocida bailanta.Allí, cuatro jóvenes fueron detenidos por una patrulla del Comando Radioeléctrico por provocar actos impúdicos en la vía pública.Al parecer, la Red de Emergencias recibió un llamado anónimo que alertaba sobre la presencia de cuatro jóvenes que orinaban en la calle y mostraban sus miembros viriles a los automovilistas y transeúntes que pasaban por la zona.Según la denuncia telefónica, el cuarteto se encontraba en la banquina sur de la avenida Quaranta, a la altura de Santa Catalina.Hacía allí fue un móvil del Comando Radioeléctrico y procedió a la detención de los revoltosos.Eran alrededor de las 5 de ayer cuando se produjo este procedimiento.Los detenidos fueron trasladados a la comisaría seccional Octava, donde quedaron a disposición del Juzgado de Instrucción 6 de Posadas, a cargo del magistrado Ricardo Balor.Un portavoz de la causa indicó que estos cuatro “no tienen nada que ver con los incidentes registrados en la Octava, posteriormente a sus detenciones. Fueron apresados por faltas contravencionales y por eso deberán responder ante su señoría. Todo lo contrario sucede con las personas que fueron con intenciones de rescatarlos”, señaló.Los cargosLa misma especie indicó que se abrió una causa contra los cuatro detenidos por la revuelta en la comisaría del barrio San Jorge. Los cargos son, en un principio, por “resistencia a la autoridad, lesiones y daños”.En este contexto, asoma como poco probable que los detenidos sean liberados rápidamente.El informe policial estableció que los revoltosos irrumpieron en la guardia de la comisaría y arremetieron a cascotazos, palazos y puntazos contra el personal policial.Los efectivos no contaban siquiera con bastones o cachiporras para defenderse de los garrotazos que recibían. Por fortuna, y es para destacar, ninguno osó tomar el arma reglamentaria porque, de lo contrario, todo podría haber terminado peor.Todas las dependencias de la Unidad Regional X trabajaban ayer en busca de los que lograron escapar de la Policía.No obs
tante, trascendió que caerán de un momento a otro, porque estarían domiciliados en los alrededores de la comisaría Octava.
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