POSADAS. Litto Nebbia, uno de los pilares fundacionales del rock nacional, actuó en el Teatro de Prosa del Centro del Conocimiento la noche del jueves pasado, en la primera de las cuatro presentaciones previstas para Misiones en el marco del Ciclo Conectar Cultura, del Plan Nacional de Igualdad Cultural.Desde Posadas al mundoSubtítulo algo desgastado por su frecuente presencia cuando alguien o algo misionero va “más allá del Chimiray”. Sin embargo, es el más apropiado para señalar que la actuación de este ícono de la música nacional -aún resfriado “por el aire acondicionado del hotel”-, pudo verse y oírse en todo el planeta. El Ciclo Conectar Cultura realizó con esta figura y con la de Gastón Nakazato como “telonero”, una invitación dedicada al público en general que fue aceptada en mayor grado por un “target” situado entre los “+ de 40”, es decir de aquellos que estuvieron más cerca de los años en que con Los Gatos, el rosarino Nebbia comenzaba a erigirse como un constructor del movimiento rockero argentino. Su desesperada búsqueda de madera para irse “a naufragar”, por el contrario lo llevó a bogar cómodamente por el mar de la popularidad y de la permanencia en el afecto del público. Grabaciones propias y Melopea La cantidad de títulos grabados en discos simples, LP (Larga duración), magazines, casetes y compactos, no sería posible detallarla en el espacio que brinda esta página, como tampoco podría decirse con exactitud la cantidad de artistas que lograron llegar al disco desde Melopea, el sello grabador de Litto. Andaban por allí en el Teatro de Prosa, dos de ellos; uno en la platea, el inefable Hugo Guardavientos (el que alguna vez paría primaveras) y el otro, el ascendente Gastón Nakazato, en el escenario y en la organización de la gira del Maestro. Naufragar en la melancolíaLa sala estuvo colmada; el espectáculo hilvanado por un genio en estas lides. Nebbia comenzó diciendo “voy a tocar un tango de Laurenz y Contursi, Como dos extraños”, entrando como una ballesta envenenada con nostalgia al corazón de la zona etaria más antigua del público y conquistar la sonrisa de los más jóvenes. Pero los momentos más álgidos del recital fueron los que rescataron los temas de Los Gatos, el legendario conjunto con el que Nebbia comenzó su carrera. La rutina del show estaba basada en el disco “Litto Nebbia – Su aire”, una grabación de 2010. Por eso la temperatura fue subiendo y por momentos surgieron tímidamente algunas palmas, no pocos “¡Bravo!”, y otras manifestaciones de entusiasmo. Con dosis de alta emociónNebbia dosificó muy bien (Y… algo de experiencia tiene el hombre), los momentos de alta emoción, así entre los temas Canción del Horizonte y Mañana, arrojó para la platea y el planeta “Ayer nomás” un tema de larga data y de una singular historia. Sólo se trata de vivir, Dónde está esa promesa, Quiero una voz que sea de todos, fueron sólo estaciones en el viaje hacia una meta que todos esperaban, esa que se logra consiguiendo “mucha madera”. De pronto El rey lloró; de repente Viento dile a la lluvia (historia del pájaro que “hace una semana” no puede volar por la lluviarada. El artista toma agua, carraspea, pide disculpas, “el calor de acá y el aire acondicionado parece que me resfriaron” dice y toma la guitarra acústica. Con ella brinda Madre, un tema que compuso “cuando recién me fui de mi casa, tenía 16 años”, aclara. Luego, el piano, tres bises (El rey lloró entre ellos), y finalmente, La balsa. Aplausos de pie para un ícono de la música argentina que recorrió el mundo. El público comienza a retirarse; el artista los saluda con la mano; la gente imita el gesto y por un instante parece que reman en una imaginaria embarcación hecha con madera conseguida “de donde sea”, para ir a naufragar en el mar de la melancolía (E.A.).
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