POSADAS. Como un hecho de vandalismo calificaron los propietarios de una empresa constructora a la destrucción de un mural perteneciente al artista plástico Ignacio “Nacho” Zabalua, emplazado en el ingreso de una de sus propiedades en el populoso barrio Villa Sarita. La obra, que se erigía en el edificio Juan Pablo II, sobre la calle Alberdi, fue pintada por manos anónimas de un color uniforme, destruyéndola en su totalidad, provocando la pérdida completa.Esta novedosa propuesta fue aportada por la empresa JP Construcciones Inmobiliarias; es que en las numerosas construcciones que levantó en la ciudad de Resistencia (Chaco) tomó por costumbre implementar esta modalidad, “que significa un aporte a la calidad del tratamiento urbano y al arte”, explicaron desde la firma.El arquitecto Ricardo Andrade, proyectista del edificio, señaló que la idea tomó cuerpo hace algunos años y uno de los murales fue realizado por el artista reconocido a nivel nacional, provocando el beneplácito del conjunto de la comunidad. Añadió que en Resistencia esta iniciativa “tuvo muy buena recepción, pero sucede que es una ciudad que tiene una impronta cultural muy fuerte, hay una vida cultural y una producción cultural bastante intensa y la gente está acostumbrada a ese tipo de cosas”.En otro de los edificios se hizo un concurso abierto de murales y el elegido, además de recibir un reconocimiento en efectivo, fue premiado materializando la obra.En Juan Pablo II, primera torre levantada por JP Construcciones en Misiones, “quisimos hacer algo similar. Es decir, además de la obra en sí, hacer un aporte a la estética urbana y que el edificio se asociara a la identidad del lugar. Se intentó mostrar elementos que ayuden a integrar a la estética del edificio a la realidad del entorno de Posadas y de la ubicación. Y para ello se convocó a ‘Nacho’ Zabalua, un artista de trascendencia nacional, formado en institutos de bellas artes. Él se ocupó de plasmar en el mural -de tres metros por siete- una síntesis de la relación entre la ciudad, el río y el entorno”, agregó Andrade. “Decoraba el ingreso al edificio. La idea es que estuviera en un lugar público y fuera parte del patrimonio cultural de la comunidad. Para nuestra sorpresa desagradable, hace unas semanas vimos que lo pintaron de un color uniforme en su totalidad. Taparon todo el mural, lo que constituye un acto cercano al vandalismo, porque es una obra de arte”, lamentó. “Esto no es solo una propiedad del edificio, del fideicomiso, sino una propiedad cultural, un patrimonio cultural del barrio y de toda la ciudad. Nos parece una gran falta de respeto, más teniendo en cuenta que es algo que intenta aproximarse e integrarse al conjunto y respetar el entorno de la ciudad de Posadas”, sostuvo Andrade.El arquitecto recalcó que si bien “venimos de Resistencia, Posadas es una ciudad a la que aprendimos a querer, respetar y contribuimos con su progreso. Nos parece una afrenta al patrimonio cultural”. A su entender, es difícil subsanar este error. “Es prácticamente imposible, habría que volver a hacerlo. Es importante dar a conocer esto a la sociedad, que no pase desapercibido el hecho que el patrimonio cultural se destruya. Queremos alertar para proteger sobre posibles hechos similares”.Andrade confió que esta mala experiencia “nos desalentó a seguir con esta iniciativa en otras torres, ya que fue una especie de regalo a la comunidad hecho con un aporte extra de la empresa”.
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