POSADAS, SAN ANTONIO, ELDORADO Y APÓSTOLES. Día a día los docentes de escuelas que funcionan en barrios y localidades con escasos recursos económicos deben arreglárselas para brindar una copa de leche y en algunos casos también un plato de comida a los alumnos que acuden “con el estómago vacío”, ya que de lo contrario sería imposible que puedan despertar interés por estudiar. Para la copa de leche el Ministerio de Educación provincial actualmente destina 1,70 peso per cápita -por niño- por día. En las escuelas de jornada extendida, donde además de la leche se brinda el almuerzo, es de 3 pesos.Leticia Hosly, licenciada en nutrición y titular del Programa de Prestación Alimentaria Escolar del Ministerio de Educación, destacó a PRIMERA EDICIÓN que “son más de 200 mil raciones diarias en la provincia, lo cual es una cobertura altísima: más del 60% de la matrícula total de la provincia, una de las coberturas más altas del país”.El “arte” de hacer rendir los fondosDirectivos y docentes consultados por PRIMERA EDICIÓN en Apóstoles señalaron que la clave para brindar una buena y regular alimentación a los alumnos pasa por una minuciosa y correcta administración de recursos, así como del aporte y colaboración de padres, maestros e incluso comerciantes que donan mercadería. Según señalaron, los fondos que provienen tanto de Provincia como de Nación suelen llegar con retraso. Es por eso que lograr que alcancen es, como dijo un maestro, “todo un arte”. Al respecto, Hosly indicó que las partidas de la Nación que estaban demoradas desde 2011 ya se actualizaron.Calidad en los alimentosIrma Barrios, de la Escuela 71 del barrio Estación de Apóstoles, se mostró orgullosa de poder “darle a nuestros chicos todos los días alimentación saludable, como ser yogures y cereales. Tenemos 300 alumnos y priorizamos el manejo claro y eficiente de los recursos para que nadie se quede sin su copa de leche y otros complementos que la escuela brinda”.En los niveles iniciales también ofrecen frutas y yogur, aunque la recomendación a los padres es que los chicos lleven a diario alguna “galletita” u otro alimento. “Esto es más que nada para que aprendan a compartir”, señalaron.El Núcleo Educativo de Nivel Inicial 2014, que funciona en el Centro Integrador Comunitario del barrio Lomas del Mirador, cuenta con un comedor que brinda a sus alumnos todos los días desayuno y merienda. “Es fundamental la administración de los recursos. Y en cuanto al trabajo, es algo que hacemos los docentes, ya que no contamos con portero ni cocineros”, indicaron.Cocinar en el bañoEn zona rural, la Escuela 121 de Colonia Azara acoge a niños que en muchos casos provienen de familias con problemas socioeconómicos. Su directora, Norma Guimaraez, señaló a este matutino que “acá le damos a nuestros alumnos alimentos de calidad, no escatimamos en gastos. Compramos la mejor marca de leche, el mejor yogur, a pesar de que la escuela tiene algunas limitaciones, como tantas otras escuelas, la mercadería para la alimentación de los chicos es la mejor”. En este establecimiento hace poco comenzaron a utilizar una cocina a gas, que la directora pudo adquirir a partir del Proyecto de Mejoramiento de la Educación Rural (Promer). La contracara es la falta de espacio: la cocina funciona en un baño para discapacitados.En Eldorado, trabajo cooperativoEn la escuela del Parque Schwelm de Eldorado, el turno mañana recibe la copa de leche con facturas donadas por comerciantes de la zona. Los padres se turnan para preparar las meriendas y en la mayoría de los casos el gas es donado por la Cooperativa de Electricidad. En invierno las madres se turnan también para preparar el clásico reviro con mate cocido.En las zonas más alejadas de la ciudad la copa de leche es imprescindible para que los niños puedan estudiar, ya que la mayoría llega a la escuela en ayuno y después de haber caminado varios kilómetros. En algunas escuelas cuentan con voluntarios que preparan todos los días la merienda, como el caso de los seminaristas de la parroquia San Miguel de esta ciudad.“Con 0,63 por día es muy difícil”En la escuela 581 de Piñalito Norte preparan 163 raciones diarias de leche con 2.500 pesos mensuales (unos 0,63 centavos por ración diaria). “Nos llegan 2.000 pesos de la Nación y 500 de la Provincia para brindar desayuno y merienda a 163 chicos”, explicó a PRIMERA EDICIÓN Pedro Amarilla, actual director del establecimiento que funciona hace más de cuarenta años. “Si sacás la cuenta son 0,63 centavos por chico por día, un número fuera de la realidad. A la cocinera le pagamos con fondos que genera la cooperadora, por supuesto que está en negro y ni siquiera accede a un sueldo digno”, agregó. “Nosotros, en estas circunstancias, más no podemos hacer. En algún momento tuvimos que cortar la merienda. Es muy difícil, este mes recién nos llegó la partida de Nación correspondiente al mes de septiembre de 2011”, se lamentó Amarilla. Complemento pedagógicoEn relación a la nutrición escolar, Hosly destacó que “la función de la copa de leche en las escuelas es para acompañar el proceso pedagógico, porque hoy más que nunca la función de la escuela no es dar de comer, sino lograr que el niño aprenda y esté motivado para estudiar”. Es por ello que las partidas presupuestarias apuntan a la copa de leche y pan o galletitas, yogur con cereales y fruta, y no al almuerzo. “De esta manera también estamos asegurando que los niños reciban un aporte de calcio y proteínas, que tal vez en su casa no poseen”. Por supuesto que las escuelas de jornada extendida son la excepción, ya que los estudiantes deben almorzar para continuar cursando.En cuanto a los casos de familias sumamente carenciadas que apenas logran comprar unos pocos alimentos y que, por lo tanto, transfieren la demanda de alimentos a las escuelas, Hosly destacó que “atendemos todas las situaciones particulares que -los docentes- nos comuniquen”. No obstante, recalcó que “en los casos en que las familias no cuentan con recursos económicos, no es función de la escuela dar respuesta a esa demanda. Recomiendo que los docentes dialoguen con los padres porque tal vez no están percibiendo los beneficios sociales, como la Asignación Universal por Hijo, Plan Hambre Cero, que el Estado pone a disposición”.
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