Días atrás, por esas cosas del destino, Primera Clase tuvo la fortuna de disfrutar de un día en compañía de un excelente grupo de personas, invitados por el presidente de la Asociación de la Ruta de la Yerba Mate (Arym), Alejandro Gruber, para conocer el emprendimiento Rincón Tres Lagunas, propiedad de José Vizcaychipi hijo.Luego de transitar 60 kilómetros desde Posadas por la ruta 12 hasta Puerto Valle y de ahí tomar la ruta provincial 41 llegamos hasta la tranquera de la estancia San Lorenzo, nos reunimos con nuestro anfitrión José y su mamá Marta y seguimos camino hasta Paraje Galarza. El paraje está compuesto por apenas algunas casas, una escuela y dos salitas de primeros auxilios, particularidades que tiene a veces esta Argentina.Una vez que atravesamos el paraje finalmente llegamos a Rincón Tres Lagunas donde, desde el momento en que lo vimos, nos “desenchufamos” de todo. Sentados cómodamente en una galería, algunos tomando mates, otros jugo o un exquisito té frío, llegó el momento de una charla impregnada de vivencias, aquellas que hacen que el narrador se torne foco de atención de quienes lo rodean.José Vizcaychipi hijo, propietario de Rincón Tres Lagunas, comentó que el objetivo de la invitación fue, principalmente, “compartir entre amigos” y destacó la importancia de visitar las “diferentes empresas y emprendimientos que componen la Ruta de la Yerba Mate para afianzar lazos” entre los miembros.Habló del Iberá y en cada palabra, en cada expresión, la pasión por lo que hace día tras día quedó expuesta. Humedales, esteros, proyectos, frustraciones, renuncias, alegrías, partes de un todo que formaron la persona que hoy es y el emprendimiento que encabeza. Su familia lo acompaña con esa misma pasión y José los honra con el convencimiento de estar haciendo lo correcto, afianzándose en el amor de sus padres, quienes en definitiva son los sólidos cimientos a partir de los cuales construyó, a pulmón, su exclusivo emprendimiento.Belleza en su máxima expresión, paz, caminatas, avistaje de aves y paseos en lancha por los esteros, la laguna Galarza, el arroyo Isirí y la laguna Luna, algunas de las ofertas para el visitante. Historia, vivencias y la sabiduría que se obtiene sólo transitando caminos de esfuerzo y trabajo duro y constante, el complemento ideal para la charla que acompaña este paseo inolvidable.Mariscadores y tigrerosA lo largo del día, José habló acerca de todo lo que hace al Iberá; comentó que “siempre fue tierra fiscal, donde hace muchos años se registraban la caza y la recolección de cueros, de pieles, de plumas; era una fuente de recursos que parecían inagotables para la gente que vivía a la vera del Iberá, principalmente para los mariscadores”.Al ser consultado acerca de quiénes eran los mariscadores y qué hacían, dijo que “según un estudio realizado por el profesor Mario Bortoluzzi la forma de vida de los mariscadores tiene relación con el comportamiento de los recolectores de mariscos de España. Es decir, gente que vive en la costa de un lugar se traslada a un sistema húmedo a recolectar y cazar y saca ese producto para comercializarlo afuera. Acá los mariscadores cazaban ciervos, nutrias, lobos de río, carpinchos, yacarés, aguará guazú” y aseguró además que en algún momento “fueron contratados como tigreros en la época en que el yaguareté aún vivía en la zona y empezó a entrar a los campos a comerse la hacienda porque empezó a quedarse sin un hábitat ecológicamente sano”.Para José “el mariscador es la identidad del correntino también, es un tipo que sabe trabajar con cuero, con hacienda, le gusta el chamamé, es una mezcla… una especie de paisano, de mencho de gaucho medio anfibio que también se manejaba con botador en las lagunas. Cuando se creó la reserva en el año 83 uno de los movimientos importantes que hizo el Gobierno de la provincia de Corrientes fue tratar de reconocer, identificar a los mariscadores más reconocidos de cada portal del Iberá e invitarlo a formar parte del área de la reserva, a ser parte del cuerpo de guardafauna porque se iban a quedar sin su fuente de trabajo. Mucha gente que ha sido mariscador por muchos años, pasó a formar parte del cuerpo de guardafaunas y hoy se ha jubilado como tal”.Por qué una reserva“Por la necesidad de la conservación del Iberá dado que la forma de caza y de extracción de los recursos fue empobreciendo a todo el sistema y cuando hablo del sistema del Iberá incluyo a la gente también. No es que el mariscador fue quedando rico a medida que fue sacaba fauna, era el que menos ganaba porque el tipo que venía a comprar las pieles era el que ponía el precio, entonces todo el sistema prácticamente colapsó”, aseguró José.CuriosidadDurante la jornada disfrutamos de buenos mates, y en el círculo se destacaba un termo muy particular y curioso. Particular porque no se encuentra en cualquier negocio y curioso porque tiene luz. Así como lo lee. Si se observa bien, junto al pico se ve un pequeño punto, si quien ceba el mate oprime un botón en el mango del termo, la luz se enciende y permanece así hasta que uno suelta el interruptor. Ideal para quienes viajan de noche y quieren disfrutar de un buen mate.Esta simpática creación es obra de Elvio Piris, quien -al igual que José Vizcaychipi- trabaja junto a su familia.
Discussion about this post