Señora Directora: No hay doctorados o títulos que concedan honorabilidad cuando ésta no es demostrada. El Gobierno actual se pasó estos años recordando las gestiones gobernantes anteriores, picaneando la década del 80 y 90 sobre todo y con todo, la feroz embestida desde donde se puede se hace y también por parte de aquellos sonrientes periodistas militantes que remueven y remueven el pasado de aquellos gobernantes, sin remover el presente manejado por muchos de aquellos. Esto me hace preguntarles si por mera casualidad, los actuales gobernantes formaron parte de aquella década; en qué puestos estaban, qué funciones cumplían y si eran del mismo signo político de los cuestionados o si formaron parte de las listas de aquellos. Por último, si nacieron en la actividad llamada política en 2001. Se dice que si la dignidad se arreglara con cirugía plástica o con liposucción se eliminara la vergüenza, o con el botox se podría disimular la deshonra, y con alguna marca de ropa se cubriría el descaro, muchas imágenes se cambiarían, borrarían. No hay mentira que suplante la transparencia que da la honestidad. Y de eso en la clase política misionera nadie se salva.
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