Las historias de superación personal son aleccionadoras y generan fuertes motivaciones para otras que están pasando por crisis mas grandes o pequeñas, por eso considero que la experiencia de Temple Grandin vale la pena conocer. Ella, además, estuvo este año en Buenos Aires para recibir el título Doctora Honoris Causa de la UBA, Facultad de Agronomía, en donde brindó varias charlas y capacitaciones a productores y veterinarios de nuestro país.Esta mujer de 67 años es mundialmente reconocida por sus aportes a la psicología y al bienestar animal. De exitosa carrera internacional luego de graduarse como licenciada en Psicología estudió Ciencia Animal en las Universidades de Arizona e Illinois-USA, donde obtuvo su doctorado. Es profesora de Comportamiento Animal en la Universidad de Colorado-USA y conocida como zoóloga, etóloga, y diseñadora de instalaciones para el ganado.Cuando ella tenia tres años de edad aun no pronunciaba ni una palabra y evitaba el contacto físico con su madre. Luego de varias consultas, en un tiempo en que poco se sabia sobre el autismo, se le diagnosticó ese trastorno. Lo que mas le hacia sufrir era la frustración de no poder hablar aunque comprendía todo, y los problemas sensoriales. Los ruidos fuertes herían sus oídos y trataba de evitar el tacto para no tener sensaciones intensas.Hoy dia recorre el mundo brindando charlas sobre el autismo y la manera en que logró superar esos impedimentos con el lenguaje y la audición, y cómo usar su pensamiento que es enteramente visual. El film “Temple Grandin” relata el largo camino de su recuperación.La maquina de dar abrazos: los 16 años, su madre insistió en que fuese a pasar unos días a la granja de ganado de su tío, en Arizona. Allí cambió su vida. Además de sentir una fuerte empatía hacia aquellos animales, se fijó en una máquina que se usaba para tranquilizar al ganado cuando venía el veterinario a explorarlos. Consistía en dos placas metálicas que comprimían a la res por los lados. La presión suave parecía relajarlos.Diseñó entonces una maquina parecida que le permite a la persona que lo usa a controlar la duración y la intensidad del "abrazo" mecánico y que se convirtió en parte importante de su terapia. Hoy dia las clínicas para tratamiento de niños autistas utilizan la máquina inventada por Temple.Fuente: “Una visión del autismo desde su interior”-Temple GrandinColabora: Hilda GonzalezAbogada [email protected]
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