La sección Patrimonio de la Cooperativa Academia Productora de Artes trabaja arduamente en el proyecto Sitio Histórico de las Reducciones Jesuíticas de San José, que recibió en los últimos días la declaración de Interés Municipal por parte del Concejo Deliberante.SAN JOSÉ. Las casas con cimientos de piedras de lo que fueron hace 400 años las reducciones jesuíticas más grandes que existieron por entonces en la región son un común denominador en este pueblo tranquilo y pintoresco del sur misionero, vestigios que hacen a su esencia, a su historia y a su patrimonio que aunque fueron blanco de impetuosos saqueos aún brotan en algunos rincones, huellas del pasado que un grupo de vecinos está decidido a conservar, una lucha que lleva un tiempo ya, pero que comienza a dar sus primeros resultados.
Es que el Honorable Concejo Deliberante de la localidad recientemente declaró de Interés Municipal el proyecto Sitio Histórico de las Reducciones Jesuíticas de San José, que nace de la voluntad de los socios de la Cooperativa Academia Productora de Artes Limitada.
Es una muy postergada idea que fue sumando gente y que ahora se concretó con la Sección de Patrimonio de la Cooperativa.
La idea básica del proyecto es que los propios vecinos del barrio en el cual están implantados los restos de la reducción inicien una serie de acciones para proteger este lugar histórico, además de ensamblar otros proyectos, tanto desde la Cooperativa como de otros agentes sociales para trabajar todos de manera mancomunada, aseguró el presidente de la Cooperativa, Mario Rivas.
E hizo hincapié en que la Reducción Jesuítica Guaraní en este lugar se fundó en 1660 (originalmente se había asentado en la región del Tapé, actualmente Río Grande Do Sul, Brasil, en 1632), así que bien podemos hablar de restos de más de 300 años, más viejos que nuestro país.
Y recordó que en esta reducción falleció el más que reconocido padre Antonio Sepp en 1733, con 77 años, 42 de los cuales pasó como misionero entre los guaraníes; aquí también se juntaron y partió una fuerza de 290 jinetes para conformar las primeras fuerzas de granaderos a caballo de San Martín (de la localidad, el prócer tomó a cinco guaraníes) en 1811; en la época que pertenecíamos a Paraguay, Francisco Solano López la utilizó como guarnición, allá por 1849; y así hechos destacados que configuran y hacen más grande aún la historia de Misiones.
El arte y la historia, de la mano
Y es una cooperativa de arte la que impulsa este proyecto porque nuestro trabajo es la cultura y el artista ocupa su entorno como elemento de inspiración. Ese entorno somos nosotros mismos, nuestro pueblo, nuestra historia. El arte está profundamente ligado a los acontecimientos sociales del presente y del pasado. El no accionar en favor a nuestro Patrimonio es casi un atentado al arte, remarcó Rivas.
Así es que la Cooperativa Productora de Artes cuenta con una sección de Patrimonio, conformada por Paola Ferreyra y Vaneza Pereira, aunque también contribuyeron al proyecto los socios José Ríos y Anicia Rivas y el autor del Proyecto es Mario Rivas, todos férreos emprendedores.
Todos estamos más que felices con el apoyo del Concejo Deliberante de San José, que tuvo la paciencia de escucharnos por el lapso de casi una hora, allí hay un grupo humano muy valioso que sin su visto bueno no podríamos llegar ni a la esquina. Voluntades políticas como la de este Concejo Deliberante, es lo que necesitamos los emprendedores, apuntó el presidente.
El principio ¿del fin?
Según los registros, hasta 1916 se conservaban de la antigua reducción las escalinatas del templo, las paredes del colegio y la iglesia con su campanario.
Lamentablemente, un fatídico decreto nacional del 20 de abril de 1928 dejó sin efecto la Reserva Histórica de las Ruinas, condenando a las mismas a su desaparición. Entonces, las piedras de las paredes, los horcones y las baldosas fueron utilizadas en forma dispersa en la construcción del nuevo pueblo.
Aunque, sólo porque la suerte lo quiso, no todo se perdió de la antigua reducción, aún quedan restos de pisos y paredes, pero fundamentalmente la enorme tarea de recolección arqueológica de piezas y utensilios, documentos de la época y cartografía, ardua tarea que tuvo esporádicos momentos de especial atención y largos tiempos de olvido, pero que a partir de los últimos días comenzó a dar pasos firmes de la mano de un grupo humano decidido a buscar la esencia del portal de Misiones, tapera del alma, tal como dice su canción oficial, un chamamé con letra del padre Julian Zini y música de Mario Bofill.
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