La mujer que hace casi una década está detenida por el homicidio de Ersélide Dávalos, asegura no haber cometido y que a su entender se le imputó por ser mujer y pobre.
De acuerdo a fuentes de PRIMERA EDICIÓN relacionadas con la causa, el máximo tribunal del país analiza la admisibilidad de un recurso extraordinario presentado en marzo por su defensa, encabezada por Martín Ayala, expresidente del Colegio de Abogados de Misiones.
El crimen se registró el 27 de julio de 2001, cuando Ersélide Dávalos de Insaurralde (79), jubilada del Poder Judicial de Misiones, fue asesinada a golpes en la cabeza, se presume con un martillo, en su vivienda del barrio Palomar de esta capital. Una empleada la encontró muerta al día siguiente en el lavadero y se determinó que de la vivienda robaron dinero y joyas.
En 2002 fueron detenidos por primera vez Cristina Liliana Vázquez (entonces de 19 años), que vivía en la misma cuadra que la anciana, y otros vecinos, Omar Jara (entonces de 20 años) y su pareja, Cecilia Rojas, de la misma edad, en base a un testigo que dijo que Vázquez le había confesado el crimen en una noche de drogas, lo que luego no habría sostenido en el juicio oral.
Pese a que les dictaron una falta de mérito y los liberaron, fueron detenidos nuevamente y condenados en 2010 a prisión perpetua por homicidio calificado criminis causa.
Según la Asociación Pensamiento Penal (APP), que agrupa a funcionarios judiciales, abogados y docentes de todo el país, este fallo se dictó pese a que no habría rastros ni huellas de Vázquez y una decena de pruebas que sostienen que no tuvo relación con el hecho.
Luego de que el Superior Tribunal de Justicia confirmara la condena, el caso llegó a la Corte en abril de 2016 y se ordenó revisarlo integralmente, pero según denunció la defensa de Vázquez y la APP, se hizo caso omiso. También afirmaron que la acusada se encontraba la noche del hecho lejos del lugar, por lo que ninguna prueba científica ni testimonial directa pudo comprobar su participación.
Vázquez asegura que el día anterior al crimen, por la tarde, se había ido con una amiga a Garupá, que pasaron por la puerta de la casa de la anciana, y regresó recién el 29. Lo que pedimos es que la Corte la absuelva porque cuando ordenó una revisión de la sentencia, el Superior Tribunal de Justicia la desobedeció y confirmó la condena, explicó Indiana Guereño, presidenta de la AAPP, que es amicus curiae en la causa. Cristina fue condenada por ser mujer y ser pobre, remarcó.
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