“En esos momentos pensé en mi hijo pequeño, en mi familia. Nos tiró a matar en la ruta y estaba decidido a todo. Nos llevó a una zona descampada con la intención de ejecutarnos y fue entonces que aproveché que hizo una maniobra con su auto para escapar”. El testimonio es del abogado Mario Alberto Durán, quien el pasado lunes vivió una situación propia de una película de terror. Ese día, alrededor de las 6.15, y mientras conducía su camioneta Chevrolet S-10 junto a una clienta para asistir a una audiencia en la ciudad de Eldorado, un cabo de la Policía de Misiones le disparó -en plena carretera y de vehículo a vehículo- al menos en cuatro ocasiones. El temerario individuo era expareja de la joven que el letrado llevaba como pasajera.Tal como publicó este martes PRIMERA EDICIÓN, el violento episodio se registró sobre la ruta provincial 17, cuando las víctimas apenas habían transitado 50 kilómetros desde Bernardo de Irigoyen hacia el destino que tenían previsto.Sin embargo, sucedió lo impensado. En diálogo con este Diario, el abogado relató los momentos de pánico y locura que tuvo que atravesar en plena ruta, a más de cien kilómetros por hora. Fue verdaderamente un milagro que ambos salieran con vida de la secuencia.“Por unos centímetros”“Ese día la joven me pidió que la acompañe a una audiencia por alimentos porque la defensora no podía asistir. Eran las 6.15 y viajábamos en mi camioneta hacia Eldorado para poder llegar a horario, el turno era a las 7.30. En determinado momento, al llegar a la altura del kilómetro 80 de la ruta provincial 17, en un sector donde no hay viviendas, se me colocó a la par un VW Corsa de color blanco”, apuntó Durán.“Pensé que su intención era pasarme, pero el conductor del auto bajó la ventanilla y mientras sostenía con una mano el volante, con la otra me apuntó con un arma de fuego. Al ver esto me recosté contra el tablero y aceleré. Tiró cuatro veces, uno de los balazos impactó en mi ventanilla y me salpicó el vidrio, lesionándome el rostro. El mismo proyectil le rozó la nuca a la joven y la lastimó. Incluso cuando los peritos hallaron el plomo, tenía cabellos de la chica. Por unos centímetros no nos impactó de lleno. El segundo balazo dio en la chapa de la puerta de mi lado y me rozó el brazo izquierdo. También me provocó lesiones”, recordó Durán, aún conmovido por la situación.“Los otros dos tiros dieron en la parte de atrás del vehículo, cuando yo aceleré y nos estaba persiguiendo”, agregó.Pedido de auxilio y amenazasEl letrado relató que en la primera zona poblada que encontró ingresó para pedir ayuda. “Había un paraje donde funciona un aserradero, serán 500 metros de viviendas. Entonces ingresé al patio de una casa tocando bocina para que salga gente. Quien nos perseguía estacionó en la banquina y observamos que llevaba puesto el uniforme de la Policía. Bajó con el arma reglamentaria en la mano. Entonces ingresó a la casa donde yo estaba, amenazó a los presentes y a mi me dijo que me iba a matar por ser el abogado de su expareja. A ella le dijo que la iba a matar porque ‘le arruinó la vida’. Intenté dialogar con él, explicarle que solo se trataba de una audiencia, que no había nada personal contra él, pero me contestó que ‘igual me iba a matar’”, rememoró el especialista en leyes.Durán contó que fue en ese momento que el uniformado, “bajo amenazas hizo subir a la chica al auto de él y me dijo que lo siga. Le hice caso y lo seguí unos dos o tres kilómetros, en dirección a Bernardo de Irigoyen, hasta que llegamos a una zona descampada. Allí aproveché que hizo una maniobra y escapé. Estaba decidido a todo. Estoy seguro de que nos iba a ejecutar”.El abogado recurrió entonces a la Gendarmería Nacional. “Fui hasta el Escuadrón 12 y radiqué la denuncia. Luego me enteré que llevó a la joven a Pozo Azul, al cruce de las rutas 17 y 20, y le compró ropa. Allí se deshizo de las ropas ensangrentadas de ella y de las vainas servidas que estaban en su auto. Tenía todo planificado y estoy seguro que nos siguió, ya que el tenía que asistir a la audiencia”, explicó. “En todo momento su intención era la muerte. Si me daba en la cabeza en la ruta, me salía de la banquina y nadie iba a saber nunca lo que nos pasó”, dijo con angustia.Sobre las pesquisas que lleva adelante la fuerza al respecto de lo sucedido, Durán se mostró sorprendido. “No sé por qué le dieron la investigación a la Policía. Las pericias las tiene que hacer otra fuerza, no entiendo porque a mi vehículo lo revisó Gendarmería y al auto de él la propia Policía. Es insólito”, opinó.Durán tiene una larga experiencia en su profesión, pero asegura que nunca vivió algo así. “Estuve en cientos de audiencias y a lo sumo hay enojos y palabras fuertes, pero jamás tanta violencia. Esta persona no estaba loca ni borracha, estaba decidida a todo. Y ahora me enteré que la chica no quiere declarar porque amenazó con matar a la hija”, contó apesadumbrado Durán, después de “volver a nacer”.
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