Un misionero de 56 años radicado desde hace un par de años en Las Toscas, al norte de Santa Fe, fue detenido el último sábado después de llevar adelante un insólito “cuento del nieto” o, mejor dicho, un “cuento del huracán”, tras estafar a un abuelo con un relato vinculado a “Irma”, la tempestad que hace estragos en Centroamérica y Estados Unidos.En base a diferentes medios de la zona, PRIMERA EDICIÓN pudo saber que el episodio en cuestión tuvo lugar el último sábado, cuando “Pepe” arribó en horas de la siesta -junto a un cómplice de 17 años- a la vivienda de un abuelo de 82 años, emplazada sobre calle Alvear al 600 de Reconquista.En ese lugar, el misionero -que sería integrante de la comunidad gitana- y el adolescente se presentaron ante el dueño de casa como dos amigos de su sobrino, quien actualmente vive en el estado de Florida, en Estados Unidos, castigado por el huracán “Irma”.Los hampones dijeron que el joven le había enviado a su tío 2.800 dólares para que, desde Argentina, comprara un pasaje de regreso a Santa Fe. Al decir de los delincuentes, el muchacho había decidido emprender el regreso al terruño después de los castigos del fenómeno climático que vapuleó Centroamérica y el sureste norteamericano.De a poco, “Pepe” y el menor se ganaron la confianza del abuelo. Fue entonces que surgió un problema. Le dijeron al anciano que tenían un poco más del monto señalado, razón por la que le preguntaron si tenía cambio. Así lograron ingresar junto a la víctima a la casa y esperar adentro a que trajera esos billetes.Del relato posterior de la víctima se desprende que, cuando buscaba el cambio en una de las habitaciones, “Pepe” y el menor develaron sus verdaderas intenciones y le propinaron una brutal golpiza, tanto a él como a su mujer, de similar edad. El misionero se alzó entonces con 68.100 pesos argentinos y 10 mil dólares, un monto total cercano a los 248 mil pesos, al valor de cambio actual.Con el botín, los maleantes escaparon a bordo de un automóvil VW Vento. Sin embargo, la rápida intervención de la Policía santafesina derivó en una persecución que acabó en la ruta provincial 31-S.En ese lugar, el misionero “Pepe” y el adolescente terminaron esposados, mientras que los uniformados recuperaron el botín y confirmaron que el auto tenía pedido de captura por un robo perpetrado en Neuquén.
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